Los molestos ruidos del hogar.

Nuestro hogar es donde pasamos nuestras horas de reposo y ocio, aunque ahora está muy extendido el teletrabajo y también utilizamos nuestro domicilio como lugar de trabajo. Y en general son trabajos de ordenador, con reuniones telemáticas frecuentes a lo largo del día, y que exigen un ambiente silencioso y relajado.
Aunque la legislación estatal fija los límites de ruido en el hogar según un horario diurno y nocturno, en unos 40-45 decibelios de día y de 30 a 35 de noche, dependiendo de las distintas habitaciones del hogar, son los ayuntamientos los que fijan ordenanzas, con distintas restricciones, y los que tienen que vigilar que se cumpla la ley.

Por poner un ejemplo, un aspirador doméstico hace un ruido de unos 65 a 75 decibelios, una lavadora entre 45-70, sobre todo en el centrifugado, o un secador de pelo llega hasta los 85 decibelios.
Gracias al aislamiento acústico de los hogares actuales, en los domicilios colindantes el ruido que llega es menor.
Pero ahora, la exigencia de silencio del que trabaja en su domicilio, o del que tiene que dormir en horario diurno por tener un trabajo nocturno o con turnos, es mayor, y sufre los ruidos vecinales de manera más acuciante y molesta
Todas estas razones nos obligan a encontrar el término medio entre la necesidad de evitar los ruidos y realizar nuestras tareas domésticas, y para ser más respetuosos con nuestros vecinos, conocer sus particularidades y necesidades y lograr una convivencia correcta y civilizada.