Más sobre los niños con pérdida de audición leve.

Los niños que tienen una hipoacusia o pérdida auditiva leve no pueden oír los sonidos más suaves, entre los 25 y 40  decibelios (dB). Por ejemplo, un sonido que no son capaces de oír es el susurro, la voz susurrada, que es de alrededor de 40 dB. de volumen.

Si en estas circunstancias, al niño no se le somete a ayuda y estimulación auditiva temprana, o incluso no se le adapta un audífono, la hipoacusia le puede causar falta de atención, retraso en el lenguaje y trastornos del habla.

Los sonidos que para una persona de audición normal son fuertes, como el habla en conversaciones, en el aula, etc., pueden sonar como un susurro para el niño con pérdida auditiva leve. Pero con ayuda, por ejemplo, con audífonos y/o tratamiento logopédico, la mayoría de los niños podrán comprender los sonidos suaves del habla y del mundo que les rodea.

Si un niño parece tener falta de atención en el colegio o en el hogar. Si se aísla. Si Parece que no desarrolla el lenguaje a la vez que los demás niños de su edad, deberíamos comprobar su audición acudiendo a un centro especializado.