Oír y comprender.

La hipoacusia o pérdida auditiva se acompaña en muchas ocasiones de dificultad para comprender el lenguaje. De hecho es muy frecuente, sobre todo en las perdidas de audición progresivas de los adultos y personas mayores, que la mayor queja del paciente sea "oigo pero no entiendo".
En muchos de estos casos, tras una exploración exaustiva y una audiometría tonal, solo descubrimos una ligera pérdida de audición, sobre todo en las frecuencias agudas.
Pero el paciente sigue quejándose de que entiende mal las conversaciones, sobre todo en reuniones de amigos, o en sitios con ruido ambiente.
En estos casos es importante realizar una audiometría vocal o logoaudiometría, para valorar el nivel de comprensión de palabras y frases.
Y también es esencial explicar al paciente lo que le está ocurriendo, que es algo frecuente en los problemas del oído interno, y que quizás debamos valorar adaptar unas prótesis auditivas para pérdidas leves o moderadas, o incluso podamos ayudarle con un programa de rehabilitación auditiva.