Sencillas recomendaciones para evitar las infecciones de oído.

1.- Evitar el uso de los hisopos de algodón para limpiar el conducto auditivo: podemos limpiar demasiado el cerumen que posee una función protectora, o podemos hacer que se impacte el cerumen en el fondo del conducto, incluso formando un tapón de cerumen, que puede estar en contacto con el tímpano. Además podemos causar alguna abrasión o herida en la piel del conducto, o incluso en el tímpano.

2.- Cuidarse de las infecciones de la garganta o nariz, o de los catarros o resfriados de las vías respiratorias para que no progresen hacia el oído.

3.- Mantener hábitos dietéticos e higiénicos sanos. Evitar el tabaco, sobre todo en presencia de niños. Mantener limpia la nariz, sobre todo en los pequeños que no saben limpiar sus fosas nasales solos.

4.- Evitar compartir los auriculares con otras personas, ya que pueden almacenar gérmenes.

5.- Evitar nadar en ríos, estanques o piscinas con agua contaminada o mal tratadas.

6.- Evitar piscinas donde exista un exceso de cloro, ya que éste elimina el cerumen protector y altera el manto ácido de la piel del conducto auditivo, propiciando las otitis externas.

7.- Masticar chicle, tragar saliva repetidamente o forzar un bostezo cuando viajemos en avión o al subir un puerto de carretera, o en un ascensor rápido a un piso ubicado a gran altura para evitar la sensación de taponamiento y pesadez que se produce por el cambio de presión mal compensado por la falta de apertura de la trompa de Eustaquio.

8.- Acudir con regularidad al otorrinolaringólogo en caso de sufrir exceso de cerumen para lograr su adecuada limpieza. Y, sobre todo, si aparecen síntomas de una posible otitis, que tendrá más fácil y rápida solución si ponemos remedio pronto.