También la música puede afectar nuestra audición.

Tradicionalmente, siempre hemos hablado de la pérdida de audición por ruido. Tras el inicio de la revolución industrial, a finales del siglo XIX, y la aparición de empresas, fabricas y talleres en los que había un elevado ruido ambiental, comenzaron a aparecer, en los obreros, los problemas auditivos causados por el exceso de ruido.
Durante el siglo XX se desarrollaron diferentes medidas, tanto de protección de los trabajadores, como de disminución de la emisión de ruido en las empresas, con el fin de evitar el trauma acústico laboral. Y con todas estas medidas, más la concienciación de los trabajadores, se ha conseguido reducir el impacto en la salud de la sordera laboral.
Pero en el momento actual la situación ha cambiado.
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías de amplificación de la música actualmente, tanto en directo, como en los equipos de sonido grabado, en los diferentes centros de ocio, como discotecas, pubs, etc. y la tendencia actual a utilizar auriculares o cascos, para escuchar música en cualquier lugar y momento, estamos viviendo un momento en el que lo preocupante es la pérdida auditiva, sobre todo en jóvenes, por la exposición a música a alto volumen.
Un problema que ya preocupa incluso a la Organización Mundial de la Salud, por el gran número de personas afectadas.
Hace muchos años creíamos que únicamente afectaba a la audición el exceso de ruido, definido como un sonido desagradable y no deseado.
Ahora hemos comprobado que la música, sea del tipo que sea, y aunque nos guste y no nos parezca ruido, si se oye a un volumen excesivo puede causarnos pérdida auditiva, acúfenos, etc. Y que debemos protegernos para evitar la pérdida de audición que nos puede ocasionar.