Mi semana en Butajira (Etiopia), ha sido una de esas grandes experiencias que se recuerdan toda la vida. 

Cada una de las adaptaciones de audífonos fue increíblemente gratificante. La gente extremadamente agradecida, hasta el punto de hacerme reverencias y besarme las manos.

Pero lo que no olvidaré, fueron sus sonrisas. ¡Unas sonrisas tan de verdad!

Tuve la oportunidad de ayudar en quirófano todas las tardes. Presencié infinidad de operaciones. La que más me impactó fue una reconstrucción de una oreja totalmente deforme. ¡Un milagro para aquel país!

Una experiencia totalmente recomendable. Animo a todos a ser voluntarios, y quiero agradecer de forma explícita a Mª José Gassó y a Verónica el hecho de haberme escogido y sus atenciones para conmigo.

¡Todos juntos podemos hacer más! Y no sólo en África...