Cuando implantar es un reto

La hipoacusia profunda o la sordera total es una discapacidad que siempre afecta a la vida de relación y socio-laboral de quien la padece.
Pero esta discapacidad se hace mucho mayor cuando aparece de forma repentina en un adulto.
La persona afectada no tiene tiempo de adoptar estrategias de comunicación alternativas, y su aislamiento es mucho mayor. En ocasiones incluso el paciente entra en un periodo de depresión reactiva.
Cuando la anatomía del oído está conservada, la implantación temprana es la solución, con unos resultados muy favorables habitualmente.
Mucho mayor problema se plantea cuando la causa de la sordera es un traumatismo con fractura del oído interno, y la consiguiente dificultad para colocar un implante.
Debemos plantearnos este reto y poner todo nuestro esfuerzo en solucionar el problema auditivo de ese paciente, que tiene pocas o ninguna alternativa.