Efectos nocivos del ruido. Lo mejor es prevenir.

El ruido es un sonido desagradable que puede producir alteraciones a distintos niveles del organismo.
Bien conocidos son los efectos nocivos sobre la audición y sobre la salud del oído, pero no es el oído nuestro único órgano afectado, sino que efectos nocivos se producen en distintas funciones del organismo, causando síntomas muy variados. La aparición de estos síntomas cuando estamos expuestos a ruido nos alarmarán por la posibilidad de un efecto perjudicial del ruido.
Empezando por los síntomas auditivos, lo habitual es sufrir acúfenos y pérdida de audición, que puede ser temporal o permanente, y que afectará nuestra comunicación oral.
Además es frecuente presentar síntomas como dolores de cabeza, perturbaciones del sueño, falta de descanso, fatiga, estrés, dificultad de concentración, etc.
Por otro lado, es posible la aparición de alteraciones del sistema circulatorio, como hipertensión arterial, o alteraciones de corazón, incluso infartos. Problemas digestivos, como hiperacidez o meteorismo, alteraciones hormonales, o incluso disfunción sexual.
Es importante conocer que los ruidos por encima de 65-70 decibelios pueden ser perjudiciales, que el tiempo de exposición al ruido multiplica sus efectos nocivos, y que, si dificulta el descanso es más nocivo.
También debemos saber que no todos los ruidos son igualmente nocivos, y que la susceptibilidad de las personas al ruido es diferente de unas a otras. Los ruidos agudos, de alta frecuencia, son más dañinos. Y si el intervalo entre exposiciones al ruido se reduce los efectos empeoran.
Debemos tener en cuenta los posibles efectos indeseables del ruido y reconocerlos para ponerles remedio.