El desarrollo del lenguaje. Signos de alarma.

A pesar de que existen programas de detección precoz de la hipoacusia, con pruebas que se realizan en los niños recién nacidos, puede ocurrir en ocasiones que no se detecten problemas de audición en el neonato, o que el niño desarrolle la hipoacusia en los primeros meses o años de vida.
Por eso es importante que los padres y el resto de personas que están en contacto con el niño valoren los que pueden ser signos de alarma en el desarrollo del lenguaje y que aconsejen hacer una valoración auditiva del niño.
Durante el primer año de vida, si el niño nunca responde a sonidos o no hace vocalizaciones puede ser un motivo de preocupación.
Durante el segundo año de vida, deberíamos preocuparnos si:
  • Prácticamente sólo usa gestos, y no sonidos ni palabras después de cumplir los 18 meses.
  • No consigue imitaciones de sonidos a los 18 meses de edad.
En niños con más de dos años de edad:
  • Si sólo se le aprecian palabras o acciones copiadas imitando a alguien, pero no se le observa nunca pronunciando palabras o frases de forma espontánea.
  • Sólo se le oye un repertorio limitado de palabras o sonidos, que repite constantemente.
  • No es capaz de utilizar el lenguaje verbal para comunicar otra cosa que necesidades básicas de la vida cotidiana.
  • No responde o no lleva a cabo órdenes sencillas.
  • Resulta más difícil de entender de lo que se considera normal para su edad.
Podemos valorar como lenguaje normalmente inteligible según la edad del niño, cuando los padres y cuidadores habituales del niño pueden entender sin problemas:
  • Aproximadamente la mitad de las palabras que dice con dos años de edad.
  • Tres cuartas partes o algo más de lo que habla a los 3 años.
  • Todo o casi todo a los cuatro años, y no sólo por sus padres y cuidadores habituales, sino también por las personas que no le conocen.