La sordera tiene solución.

El título del post puede parecer muy optimista o poco realista.
Pero si lo pensamos con detenimiento y valoramos todas las posibles soluciones de que disponemos, llegaremos a la conclusión de que es la realidad.
Siempre que busquemos la ayuda profesional conveniente en cada caso, sin demorarnos. Lo importante es el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado.
Si hablamos de los recién nacidos, ya sabemos de la importancia de los programas de cribado auditivo, que nos han permitido iniciar el tratamiento del niño sordo en los primeros meses de vida.
No debemos olvidar que los niños, aunque hayan superado con éxito el cribado auditivo, pueden perder audición a lo largo de su infancia. Por ello es importante que los padres, familiares y maestros estén atentos a posibles signos de que el niño no oye bien para poner remedio sin demora. En ocasiones será una hipoacusia temporal, por catarros, otitis, etc. que se solucionarán con tratamientos médicos o quirúrgicos.
Lo mismo ocurre con el adulto que pierde audición. Ya sea progresiva o bruscamente. Es importante no dejarlo pasar y buscar consejo del otorrino.
Una sordera tratada en tiempo y forma la podremos solucionar, aunque en ocasiones precisemos de la utilización de audífonos o implantes y rehabilitación auditiva.