¿Y si no oigo bien?

Es muy habitual que nuestra pérdida auditiva comience lentamente, poco a poco, de manera que nos vamos acostumbrando y nos cuesta darnos cuenta de que nuestra comunicación se resiente.
Pero es muy importante poner remedio precozmente.
Si nos acostumbramos a no oír bien en ciertas circunstancias, volver a la normalidad auditiva mediante audífonos u otras ayudas auditivas nos costará un periodo de adaptación más largo.
Por ello es conveniente hacer ciertas sencillas comprobaciones periódicamente para descubrir si estamos perdiendo audición.
Es algo tan fácil como preguntarnos:
1- ¿Me cuesta seguir la conversación cuando estamos un grupo de familiares o amigos?
2- ¿En las reuniones de trabajo me entero de todo lo necesario?
3- ¿Cuando te llaman te cuesta saber desde donde viene la voz?
4- En los sitios con ruido ¿Te aíslas de la conversación?
5- ¿En casa te dicen que pones alta la tele, o te preguntan si no oyes bien?

Contestar afirmativamente a 3 de estas preguntas probablemente indica una pérdida de audición.
Lo mejor es hacer una revisión auditiva. En los gabinetes de audioprótesis suelen hacer revisiones gratuitas.