No todas las otitis duelen.

Hay diversos tipos de otitis. Muy frecuentes y dolorosas las otitis externas u otitis del bañista, típicas del verano y muy dolorosas. También muy frecuentes en invierno, y en los niños, sobre todo, las otitis medias agudas, muchas veces en relación con un proceso catarral. Comienza el dolor, muchas veces de noche, dura unas horas, hasta que el oído comienza a supurar, incluso con un poco de sangre, cede el dolor y queda el taponamiento, el acúfeno y la hipoacusia.
Pero también hay una otitis muy frecuente, sobre todo en los niños pequeños, que no produce dolor, y cuyo único síntoma en muchas ocasiones es la pérdida de audición. El niño no suele quejarse, pero a veces hace que repitas las cosas, o pone la tele más alta, o empieza a despistarse en el colegio, a no avanzar como antes. Es la llamada otitis media secretora, u otitis serosa o seromucosa, en ingles el "glue ear".
Es importante estar atentos a las señales de que el niño no oye bien y acudir al especialista. Se trata de una afección frecuente y que tiene solución con tratamiento.
No olvidemos que un niño que no oye bien ralentiza su desarrollo auditivo-lingüístico, y si su situación se prolonga, después le costará adaptarse en el aula.