Ruidos en los oídos. No siempre es el oído.

En ocasiones los pacientes se quejan de algunos tipos de ruidos en los oídos que, al contrario que los verdaderos acúfenos que son siempre subjetivos, tienen su origen en sonidos generados por el propio cuerpo del paciente.
A estos ruidos se les llamó acúfenos objetivos o somatosensoriales, pero actualmente se les conoce como somatosonidos.
Se conocen dos grandes grupos.
  • Los pulsátiles, en los que el sonido originado generalmente por una estructura vascular estimula el oido igual que lo haría un sonido del exterior pero con una frecuencia similar al pulso arterial.
  • Las mioclonias o contracturas musculares. Generalmente de los músculos del oido medio o del velo del paladar o de otras estructuras de la cabeza o del cuello. Suelen estar relacionados en muchas ocasiones con alteraciones de la columna o de la musculatura cervical, y también son muy típicos de las disfunciones de la articulación temporomandibular (la que abre y cierra la boca).
Estos últimos son más frecuentes de lo que podría parecer, y suelen responder bien a los tratamientos fisioterápicos sobre la articulación o el cuello.
Debemos sospechar este origen cuando se presentan en alguna de estas situaciones:
  • Antecedente de traumatismo en cabeza y cuello, sobre todo en  latigazos cervicales y en trastornos de la mandíbula.
  • Cuando se asocia a manipulación de dientes o mandíbula en el dentista.
  • Cuando el paciente padece episodios de dolor recurrente en cabeza, cuello u hombros.
  • Si el ruido aumenta o disminuye al adoptar distintas posturas, o al abrir o cerrar la boca.
  • En los casos de bruxismo (rechinar los dientes).
Si crees que el origen de tu ruido puede ser este, existen algunos fármacos que pueden mejorarlo, además de los tratamientos fisioterápicos, que suelen ser efectivos.