Tiempo de fiestas, tiempo de ruido.

Estamos en mitad de agosto. El momento álgido de las fiestas populares en todo el territorio nacional. En estos días de agosto es cuando más localidades españolas celebran sus fiestas, y en este año con la particularidad de ser el regreso después de dos años de pandemia.
Parece que en todos los lugares la respuesta de los jóvenes, y menos jóvenes, está siendo masiva.
Todos deseamos que estas fiestas se celebren con el mayor éxito de afluencia y diversión, y sin problemas de seguridad, etc.
Pero tenemos que advertir del exceso de ruido ambiente que suele acompañar a estas fiestas. Ya sea por la música, las aglomeraciones, los fuegos artificiales, etc.
Es bueno recordar los efectos nocivos que el ruido puede producir en la audición, y es conveniente advertirlo a los jóvenes y adolescentes, y proteger a los niños, cuyo oído puede verse más afectado.
Pero además es importante tener en cuenta que, así como las personas que disfrutan de la fiesta pueden elegir donde permanecer más o menos tiempo, protegerse, etc., las personas que están trabajando en esos lugares, como en los bares, clubes, verbenas, etc., soportan el ambiente ruidoso presente en su puesto de trabajo, más tiempo que los demás.
Por hacernos una idea del volumen de sonido al que están sometidos, podemos dar algunas cifras.
Por ejemplo, en estos días de fiesta, un camarero, un disc-jockey o el personal de seguridad de un local con música, pueden estar sometidos a más de 90 decibelios durante las horas que permanecen en el local. Algo que puede acabar siendo lesivo si no toman medidas de protección.
Disfrutemos de la fiesta, pero seamos conscientes de lo dañino que puede llegar a ser el exceso de volumen del sonido.