¡Vaya catarros!

Este invierno parece que ya se ha dado por terminada la pandemia por el coronavirus. Sigue habiendo casos de Covid-19 en nuestra área geográfica, pero en menor número, y sobre todo, suelen ser casos más leves, por distintas razones, entre otras, las vacunas.
Pero no bajemos la guardia, aunque las medidas sanitarias se hayan relajado, sigue habiendo casos de Covid que requieren ingreso hospitalario. Pero en un número mucho menor.
Pero este invierno hemos vivido una situación, al menos peculiar, en las consultas de ORL. Los catarros habituales, de todos los inviernos, que en los años de pandemia habían disminuido de manera drástica, han vuelto con fuerza. Y, además, con algunas características diferenciales a otros años.
Pacientes que comienzan con síntomas catarrales con o sin fiebre, que han realizado un test de antígenos de coronavirus, con resultado negativo, refieren que, después de los primeros días, pasada la fiebre, es muy frecuente que padezcan diversos síntomas persistentes.
La sensación de taponamiento de un oído, algunas veces con moco, otras con una otoscopia normal, y una audición normal, es muy frecuente y dura mucho tiempo, incluso meses. Y desaparece muy lentamente.
Y lo mismo ocurre con el moco nasal y con la tos seca que no acaban de ceder, a pesar de distintos tratamientos.
Síntomas no graves, pero si molestos para los pacientes, que los sufren durante demasiados días.
No hay una evidencia clara y estadística de lo que ocurre.
Es una opinión personal, contrastada con otros compañeros de profesión, que están observando la misma situación.