La detección precoz de la hipoacusia.

Desde finales del siglo XX las autoridades sanitarias de distintos países pusieron en marcha campañas de cribado o scrrening de la hipoacusia en los recién nacidos.
Estos programas de detección precoz se han desarrollado de distinta manera según los responsables de su diseño y la realidad socioeconómica de los distintos países o comunidades autónomas.
En unos ámbitos se realiza el cribado únicamente en los niños con factores de riesgo, mientras que en otros lugares se realiza un cribado universal. Parece que lo más conveniente sea el programa universal de detección, ya que si no es así, hasta el 50% de los niños con hipoacusia pueden quedar sin diagnóstico temprano.
También cambia la prueba a realizar en los distintos programas de detección precoz. En unos programas se realiza el estudio mediante las llamadas Otoemisiones Acústicas, mientras que en otros se utilizan los potenciales evocados automáticos. Ambos métodos tienen ventajas e inconvenientes.
De una u otra forma, los programas de detección precoz de la hipoacusia han conseguido que se haya adelantado la edad de diagnóstico de la hipoacusia desde los 30 meses a los 4-6 meses de media.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente la mitad de los casos de pérdida de audición puede prevenirse fácilmente, y que la gran mayoría de casos puede tratarse si se detecta de manera precoz mediante el screening auditivo.
Es fundamental un rápido diagnóstico y una pronta intervención terapéutica en los primeros meses de vida, mediante la estimulación temprana, la adaptación de audífonos o la implantación coclear, para evitar que la hipoacusia afecte el desarrollo de los niños y su inserción en la sociedad.