Pérdida de audición. Peor con ruido.

En las personas que disfrutan de una audición normal,  el cerebro posee la capacidad de poder separar adecuadamente la palabra del ruido, esta capacidad se pierde o empeora en las personas con hipoacusia.
Una persona con audición normal cuando se encuentra en un ambiente ruidoso, necesita que la diferencia entre el volumen del ruido y de la conversación sea de 5 dB, es decir, que las palabras estén 5 decibelios por encima del volumen del ruido para poder entender las palabras. Esta relación deberá ser mayor cuanta más pérdida auditiva tenga la persona.
Habitualmente la personas con audición normal, en un ambiente con una relación señal-ruido de  – 5 dB,  pueden entender el 50 % de las palabras y el 95 % de las frases.
Sin embargo, los pacientes con pérdida de audición moderada-severa precisan una diferencia de unos 13 decibelios, y en una hipoacusia leve a moderada de unos 10 dBs.
Esto hace que las personas con problemas auditivos tengan menos habilidades de conversación normal en ambientes de ruido, y precisan que los demás  eleven más la voz por encima del ruido de fondo, ya que una mejora de pocos dB en la relación entre la conversación y el ruido de fondo equivale a una mejora muy sustancial en la percepción del habla.