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Una mirongotomía es una intervención quirúrgica que consiste en una pequeña incisión en el tímpano que permite, mediante la colocación de unos tubos, drenar el líquido acumulado en el oído medio. Estos tubos se conocen como tubos de ventilación o tubos de drenaje transtimpánicos (TDT) y son clave para permitir ese vaciado de mucosidad y el aireamiento de la zona.
La mirongotomía es el tratamiento que se suele recomendar en los casos de otitis media crónica -más de 4 en 6 meses o más de 6 en 1 año-. Esta recurrencia, y por tanto esta operación, es más habitual en los niños y niñas. Esta intervención suele requerir de anestesia local y permite el drenaje de la mucosidad que ha llegado través de las Trompas de Eustquio y se ha acumulado en el oído interno provocando una infección. También se indica la mirongotomía en casos de otitis media aguda y de otitis media serosa con más de tres meses de duración. Gracias a esta intervención, los pacientes recuperan audición y ya no experimentan sensación de oído taponado.
La mirongotomía es una intervención rápida, que no suele durar más de diez minutos. En el caso de los adultos solo requiere de anestesia local, si bien con los niños y niñas se opta por anestesia general. Una vez hecha la citad incisión en la membrana timpánica, el primer paso suele ser aspirar el contenido líquido del oído medio. Luego, se procede a colocar los tubos de drenaje. El postoperativo no es doloroso. De hecho no es habitual recurrir al uso de analgésicos después de intervención.
Los tubos de drenaje que se colocan tras una mirongotomía suelen permanecer insertados y operativos, por regla general, entre 6 y 12 meses. Y aunque pasado este tiempo se pueden extraer mediante otra intervención, lo más habitual y preferible es dejar estos tubos hasta que se desprendan de forma natural por efecto de la cicatrización de la membrana timpánica.
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