Ya hemos hablado en este blog de Kanso, el procesador de sonido más pequeño y ligero del mercado. Es tan pequeño que ni se nota, lo que supone una ventaja a tener en cuenta para los niños en edad escolar que pueden ser sensibles al estigma social. Pero no sólo por eso Kanso es una buena alternativa para los pequeños con implante coclear. Según un reciente estudio realizado por el Hospital Universitario de Gante, en Bélgica, este procesador de sonido de Cochlear es uno de los mejor valorados para implantes pediátricos por su rendimiento y confort.
El citado estudio se basó en una investigación clínica realizada con nueve niños de edades comprendidas entre los 6 y los 9 años de edad, todos ellos con implantes cocleares pediátricos desde hacía al menos tres meses y usuarios regulares del procesador de sonido Serie CP900. En las pruebas realizadas se comparó el rendimiento de Kanso con otros procesadores BTE (Behind the Ear -detrás de la oreja-). El objetivo era recoger información subjetiva sobre confort, retención, estética, facilidad de uso y comprensión del habla.
El resultado de estas pruebas sitúa al procesador de Cochlear como una muy buena alternativa para niños. Kanso fue calificado de forma positiva por su rendimiento, confort y discreción. Aunque en aspectos como la facilidad de uso o la retención no hubo diferencias, la mayoría de los participantes mostraron su preferencia por Kanso.
Este procesador de sonido, disponible en los centros GAES de toda España, tiene otra ventaja que lo hace muy atractivo para los niños con implante coclear: puede sumergirse en el agua gracias al sistema Aqua +. Por lo tanto, los pequeños pueden bañarse en la playa y la piscina sin tener que quitarse el dispositivo.
Otra característica distintiva de Kanso es que no lleva cables y se ubica fuera de la oreja. De esta forma, su uso es más sencillo y crea menos dependencia en los padres y cuidadores para conectar y desconectar el dispositivo, sobre todo en el caso de niños y niñas implantados bilateralmente.
