Los implantes auditivos son la solución auditiva más recomendada para determinadas pérdidas de audición. Tanto los implantes cocleares, como los osteointegrados ayudan a que adultos y niños vuelvan a oír y recuperen su propia banda sonora.
Los implantes auditivos cambian la vida de quiénes los llevan. Suponen una de las alternativas más fiables para aquellas personas con hipoacusia o pérdida de audición a las que los audífonos, por el tipo de pérdida que tienen, no les aportan los beneficios esperados. Gracias a estas soluciones auditivas, sus usuarios vuelven a oír y a sentir. Porque oír bien cambia la vida.
Podemos diferenciar dos tipos principales de implantes auditivos: el implante coclear y el implante osteointegrado. El primero se recomienda para personas que tienen la cóclea con la función limitada o dañada, mientras que el segundo se prescribe a personas cuya pérdida de audición es de tipo conductiva o mixta (también neurosensorial) pero la cóclea sí que les funciona bien, entre otros casos.
En el caso del implante coclear, hablamos de un dispositivo médico electrónico que sustituye la función del oído interno dañado. Tiene dos partes: una externa, llamada procesador de sonido, y una interna, que se ubica en el oído interno mediante una intervención quirúrgica sencilla.
Por su parte, el implante osteointegrado traslada el sonido a través del hueso directamente al oído interno en forma de vibraciones y sin forzar el conducto auditivo.
Más información sobre la salud auditiva y las múltiples soluciones adecuadas para cada persona y su su oído.