Son muchas las afecciones que se relacionan con la pérdida de agudeza auditiva o hipoacusia. Como en muchos otros casos, resulta fundamental estar atentos a los síntomas que nos dan la voz de alarma y nos permiten detectar las dolencias lo antes posible, aumentando las opciones de tratarlas.
El tímpano es la membrana que vibra cuando recibe las ondas sonoras. Si tiene una perforación o cualquier tipo de abertura, la vibración se ve comprometida. Los síntomas, cuando se produce una perforación o una lesión similar en el tímpano, son secreciones, zumbidos, dolor de oído, pérdida auditiva y vértigos en algunos casos.
La sordera súbita es una pérdida repentina e inexplicable de la audición que habitualmente afecta solo a un oído.
Con matices, las tres afecciones se manifiestan como reacciones extremas a algunos sonidos concretos.
Los oídos tapados y las alergias se manifiestan comúnmente a través de otitis externas que provocan dolor de oído y, a menudo, picores.
Con el término síndrome de Waardenburg se hace referencia a una enfermedad congénita que provoca pérdida auditiva, alteraciones del color de los ojos, de la piel y del cabello y cambios en la forma de la cara.
El tumor de oído puede ser canceroso (maligno) o no canceroso (benigno). Es una enfermedad muy rara, que afecta solo a una o dos personas por millón, normalmente después de los 55 años. Se trata de neoformaciones poco habituales que, en la fase inicial, presentan pocos síntomas.
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