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El colesteatoma es un quiste que se origina dentro del oído medio y que puede generar pérdida auditiva, vértigos y hasta la ruptura de los huesecillos de esta parte del oído. Esta afección se produce cuando la trompa de Eustaquio, que ayuda a compensar la presión del oído medio, no funciona correctamente. El colesteatoma puede ser congénito o producirse a causa de una infección crónica del oído.
Siempre ha de ser un otorrinolaringólogo quien confirme si una persona tiene este tipo de quiste. Si es así, el primer paso es una limpieza del oído, así como la prescripción de antibióticos y gotas óticas para controlar posibles infecciones. Luego se requiere casi siempre de intervención quirúrgica para extirparlo, muchas veces ambulatoria. Sólo así se consigue que drene el oído y remita la infección.
Es clave detectar el colesteatoma cuánto antes, pues si el quiste se hace muy grande el riesgo de pérdida auditiva es mayor al poder causar, por su tamaño, daños importantes en el oído medio. En estos casos, la cirugía también busca reconstruir las partes afectadas.
Aunque no es lo habitual, en un 10 o 15% de los casos, el quiste puede volver a reproducirse, por lo que se recomienda realizar revisiones periódicas.
Cuando el colesteatoma deja secuelas en forma de hipoacusia de transmisión o mixta, los especialistas suelen recomendar implantes osteointegrados. Este tipo de implantes consiguen que el sonido se transmita por vía ósea sin tener que forzar el canal auditivo.
Los síntomas del colesteatoma
Uno de los indicios principales de poder tener un quiste en el oído es que éste supure líquido y dicho líquido huela mal. En ocasiones, este síntoma se acompaña de dolor de oído, especialmente de noche.
También la sensación de vértigo y mareo puede ser un indicio de colesteatoma, así como la sensación de debilidad muscular en la cara, concretamente en la parte del oído afectado.