En este artículo descubrirás todo lo que necesitas saber sobre las radiaciones Bluetooth® de los teléfonos inteligentes, de los auriculares y de otros dispositivos parecidos, y si estos pueden tener un efecto dañino en el oído.
Si tienes la impresión de que sufres problemas de oído, puedes utilizar los test del oído en línea gratuitos de Gaes o, como alternativa, hacer la prueba de oído en la tienda Gaes que elijas.
El sistema de conexión, que sirve para enlazar dos dispositivos, utiliza ondas de radio de corto alcance que consumen muy poca energía. La tecnología Bluetooth utiliza el campo de frecuencia de los 2,45 gigahercios (Ghz). Es en este «espacio» de radio donde se produce la magia: dos dispositivos conectados a través de esta frecuencia pueden intercambiar paquetes de datos, esto es, transmitir diversa información. En otras palabras, con la conexión Bluetooth se pueden enviar y recibir numerosos archivos, como por ejemplo, imágenes, vídeos y documentos. Entre otros muchos, como veremos a continuación.
Normalmente, la señal irradiada no supera los 10 metros de distancia, aunque los últimos dispositivos consiguen garantizar una cobertura hasta 50 metros. La red Bluetooth no está sometida a interferencias de frecuencia.
Actualmente los científicos afirman que la potencia utilizada por la tecnología Bluetooth es demasiado baja para dañar los tejidos biológicos del hombre con mecanismos conocidos. Se trata de radiaciones no ionizantes, que no pueden modificar el número de electrones de un átomo y, potencialmente, dañar el organismo expuesto. Los efectos térmicos son las únicas consecuencias demostradas de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia. El organismo humano absorbe la energía emitida por los dispositivos y la convierte en calor.
A su vez, el calor causa un calentamiento de los tejidos que, si es demasiado elevado, puede generar un daño térmico. En cualquier caso, gracias a nuestro sistema termorregulador disipamos el calor de muchas maneras. Por lo tanto, únicamente podemos sufrir un daño si estamos expuestos a campos electromagnéticos muy elevados. Lo que es imposible en nuestro día a día. Seguro que no con un móvil o con la tecnología Bluetooth.
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer ha declarado que el EMGF (las ondas de radio de frecuencia electromagnética en las que se basa la tecnología Bluetooth) son potencialmente cancerígenas para el hombre. Sin embargo, la asociación entre radiaciones y glioma y neurinoma se ha registrado solo en el 10% de las personas que, según sus propias declaraciones, realizaban un uso realmente intenso del teléfono. En algunos casos, entre las 4 o 5 horas al día de llamadas.
Entre las investigaciones prospectivas, destaca el Million Women Study, en el que han participado 800.000 mujeres británicas y que ha valorado el riesgo de desarrollar un tumor cerebral a lo largo de siete años de utilización del teléfono. El trabajo ha finalizado sin establecer una relación de causa-efecto excepto un posible vínculo con el neurinoma del nervio acústico, ya mostrado en Interphone. Aún se está llevando a cabo el estudio prospectivo Cosmos.
Recomendamos dispositivos Bluetooth de las clases de potencia 2 y 3 para reducir la exposición a las radiaciones de los móviles. En lugar del teléfono inteligente o móvil, cerca del oído se coloca un transmisor Bluetooth que emite radiaciones mucho más débiles.
Aún no existen evidencias científicas a largo plazo, pero la investigación sigue adelante para ofrecer respuestas más ciertas en el futuro. Actualmente la tecnología Bluetooth parece ser segura, tanto para los adultos como para los niños, gracias a una potencia de señal baja, incluso inferior a la de una red wifi doméstica.