En algunas ocasiones, a pesar de que se ha realizado en un centro especializado y se han respetado todas las normas de higiene para la cicatrización, se produce una infección por el piercing. Veamos como tratarla.
Cuando se perfora la oreja, es normal notar un ligero dolor durante unas semanas. Se habla de infección cuando a esta sensación se añade enrojecimiento, hinchazón e irritación. También puede haber secreción, que puede ser clara, amarillenta o con mal olor, y en algunos casos, fiebre si la infección es más severa.
El proceso de curación puede verse afectado, y si no se trata adecuadamente, la infección puede extenderse a los tejidos circundantes, causando una celulitis o, en casos más graves, una infección sistémica. Además, el área puede formar abscesos, que son acumulaciones de pus que pueden requerir drenaje médico.
La prevención de infecciones implica mantener una buena higiene durante y después del proceso de perforación, utilizando joyería adecuada y evitando tocar el lóbulo de la oreja innecesariamente.
Una infección en un piercing de cartílago en la oreja puede surgir debido a la acumulación de bacterias, a menudo por la manipulación sin higiene adecuada o por la falta de una rutina de limpieza. Los síntomas de infección incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor, calor en el área y, en casos graves, secreción de pus.
Es importante atender este tipo de infecciones rápidamente, ya que el cartílago tiene menos flujo sanguíneo que otras áreas, lo cual dificulta la curación y puede llevar a complicaciones como la formación de abscesos o deformaciones permanentes.
El piercing en el hélix, ubicado en el cartílago superior de la oreja, es propenso a infecciones debido a la limitada circulación sanguínea en esta zona, lo que hace que sane más lentamente que otras áreas. Las infecciones suelen ocurrir por la entrada de bacterias, ya sea al tocar el piercing con manos sucias o al estar en contacto con objetos contaminados como teléfonos y almohadas.
Usar joyería de baja calidad o que no sea hipoalergénica también puede causar irritación y facilitar infecciones. Además, el trauma repetido, como manipular el piercing, girarlo o dormir sobre él, puede irritar el cartílago y abrir una vía para las bacterias. Finalmente, el contacto con agua contaminada en piscinas o playas puede introducir microbios en el área, aumentando el riesgo de infección.
El piercing en el tragus también se infecta fácilmente debido a su ubicación en el cartílago. Las principales causas de infección incluyen la entrada de bacterias, generalmente por tocar la zona con manos sucias o por el contacto con objetos como teléfonos y almohadas.
Igualmente, el uso de joyería de baja calidad o materiales irritantes, junto con una higiene inadecuada, aumentan el riesgo. Manipular o dormir sobre el piercing puede provocar pequeñas lesiones que facilitan la entrada de bacterias, al igual que la exposición a agua contaminada en piscinas o playas.
El piercing en el daith, que atraviesa el cartílago grueso en la parte interna de la oreja, es propenso a infecciones principalmente por la baja circulación sanguínea en esa área, lo que hace que sane más lentamente y dificulta la respuesta del cuerpo a las bacterias.
También en este caso, las infecciones suelen ocurrir cuando las bacterias entran en contacto con la perforación, lo cual puede suceder al tocar el piercing con las manos sucias o al estar en contacto con objetos contaminados como auriculares, teléfonos o almohadas.
Además, el uso de joyería de baja calidad o materiales que no sean hipoalergénicos aumenta la irritación y facilita la entrada de bacterias. Manipular el piercing, girarlo, o dormir sobre él también puede provocar pequeñas lesiones en el cartílago, que se convierten en una puerta de entrada para las bacterias. El contacto con agua contaminada, como la de piscinas o el mar, es otra causa común de infección en el piercing daith, ya que expone la perforación a más microbios mientras aún está en proceso de sanación.
Es bastante sencillo reconocer una infección en la oreja provocada por piercing. Los principales síntomas son:
Cuando un piercing en la oreja se infecta, es común que se forme un pequeño bulto alrededor del área perforada. Este bulto puede ser doloroso, enrojecido y a veces estar lleno de pus. Las causas pueden ser diversas. Una posibilidad es una infección bacteriana, que ocurre cuando se acumulan bacterias debido a una limpieza inadecuada o al contacto con manos sucias.
Otra causa son los queloides o cicatrices hipertróficas, que son crecimientos de tejido en respuesta a la perforación y no siempre indican una infección. También puede formarse un quiste de inclusión, una pequeña bolita blanda resultante de células muertas atrapadas en el área del piercing.
Un piercing infectado que desarrolla un queloide puede ser una situación frustrante y dolorosa. Un queloide es una cicatriz elevada que se forma como resultado de una curación excesiva y puede surgir tras una lesión, incluida una perforación. Cuando un piercing se infecta, la inflamación y la irritación aumentan el riesgo de que se forme un queloide.
Si tienes un piercing infectado que está desarrollando un queloide, es importante actuar rápidamente. Primero, limpia el área con una solución salina para ayudar a reducir la infección. No retires la joyería a menos que un profesional lo indique, ya que esto podría atrapar la infección dentro del tejido. Evita manipular el piercing y mantén la zona lo más limpia y seca posible
Si ya se ha formado un queloide, puedes considerar tratamientos como inyecciones de corticoides para reducir su tamaño, o consultar a un dermatólogo para explorar opciones como la terapia con láser o la extirpación quirúrgica. Además, usar geles de silicona puede ayudar a suavizar la cicatriz con el tiempo.
Las infecciones pueden estar provocadas tanto por la persona que realiza el piercing durante el procedimiento de perforación, si no se respetan las condiciones higiénicas y sanitarias adecuadas, como posteriormente, durante el periodo de cicatrización, si no se realizan los tratamientos indicados después de la perforación o no se hace correctamente, o por contacto con bacterias presentes en nuestras manos.
Si se tratan de forma rápida con soluciones caseras o con la prescripción de antibióticos por parte del médico, las infecciones de la oreja debidas a un piercing se pueden solucionar en poco tiempo sin consecuencias destacables. En caso contrario, pueden provocar, entre otros, absceso, sepsis, síndrome de shock tóxico, cicatrices, reacciones alérgicas o dilatación, separación o rotura lóbulo de la oreja.
Una crema antibiótica puede ser útil en casos de infección leve en un piercing, ya que ayuda a combatir las bacterias en el área afectada y facilita la curación. Es importante, sin embargo, tener en cuenta algunos puntos clave:
Para evitar una infección en la oreja, en primer lugar, es fundamental dirigirse a un centro autorizado y especializado, evitando los piercings realizados por aficionados. En segundo lugar, es necesario respetar con constancia todas las normas higiénicas recomendadas por la persona que ha realizado el piercing, lavándose siempre las manos antes de tocar la zona que debe cicatrizar.
Curar un agujero de oreja infectado requiere cuidado y atención para prevenir complicaciones. Aquí tienes una guía paso a paso:
1. Limpieza de manos
Lávate bien las manos con agua y jabón antes de tocar la zona afectada. Esto evitará que introduzcas más bacterias.
2. Limpieza del área infectada
Utiliza una solución salina (mezcla de agua tibia y sal) o un antiséptico suave (como clorhexidina) para limpiar suavemente alrededor del agujero. Evita el uso de alcohol o peróxido de hidrógeno, ya que pueden irritar la piel.
3. No retires la joyería
Es importante que no quites el pendiente o la joyería, a menos que un médico lo indique. Retirarla puede atrapar la infección dentro del tejido.
4. Aplicación de ungüento antibiótico
Aplica una pequeña cantidad de ungüento antibiótico (como bacitracina) en la zona afectada. Hazlo con cuidado para no obstruir el agujero.
5. Compresas tibias
Puedes aplicar compresas tibias sobre la zona infectada durante 15-20 minutos varias veces al día para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
6. Evita tocar o manipular el piercing
No juegues ni gires la joyería, ya que esto puede irritar más la zona.
7. Mantén el área seca
Evita mojar el agujero mientras lo limpias. No te expongas a piscinas o aguas sucias.
8. Controla los síntomas
Observa si hay mejora en unos días. Si el enrojecimiento, la hinchazón o el dolor aumentan, o si aparece pus, consulta a un médico.
9. Busca atención médica si es necesario
Si no ves mejoría en unos días o si experimentas fiebre, es importante que busques atención médica. Podría ser necesario un tratamiento más intenso, como antibióticos orales.
Un piercing que ha estado en su lugar durante años puede infectarse por diversas razones, incluso después de un largo período de curación. Algunas de las causas más comunes:
Un piercing que se inflama después de meses de haber sido perforado puede ser preocupante y puede deberse a varias razones. Algunas de las causas más comunes:
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Una infección en la oreja causada por un pendiente suele ocurrir cuando bacterias ingresan en el área de la perforación. Las causas comunes incluyen la manipulación del pendiente con manos sucias, la falta de limpieza regular o el uso de materiales que no son hipoalergénicos. Los síntomas típicos de una infección incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor, calor en la zona afectada y, en casos más graves, secreción de pus.
Desinfectar un pendiente es importante para mantener la higiene y prevenir infecciones, especialmente si has tenido alguna irritación o si has cambiado la joyería. Aquí un paso a paso sobre cómo hacerlo:
1. Reúne los materiales
Necesitarás:
2. Lávate las manos
Antes de tocar el pendiente, asegúrate de lavarte bien las manos con agua y jabón para evitar la transferencia de bacterias.
3. Limpia el pendiente
4. Enjuaga
Si usaste jabón, asegúrate de enjuagar el pendiente con agua tibia para eliminar cualquier residuo de jabón. Si usaste alcohol, puedes saltarte este paso, ya que el alcohol se evapora rápidamente.
5. Seca el pendiente
Usa un paño limpio o una toalla de papel para secar el pendiente completamente. Asegúrate de que no quede humedad, ya que esto puede favorecer el crecimiento bacteriano.
6. Almacenamiento
Si no vas a usar el pendiente de inmediato, guárdalo en un lugar limpio y seco para evitar que se contamine nuevamente.
Notas adicionales:
El tiempo que tarda en cerrarse un pendiente depende de varios factores, como la ubicación del piercing, el tiempo que ha estado perforado, y si ha habido alguna infección o complicaciones. En general, aquí hay algunas pautas:
Cambiar un pendiente en el lóbulo de la oreja depende de varios factores, principalmente del tiempo de curación de la perforación. Aquí hay algunas pautas generales:
Hacerse un pendiente puede causar diferentes niveles de incomodidad o dolor, y la experiencia varía de una persona a otra. Aquí hay algunos factores que influyen en el dolor al hacerse un piercing:
En general, muchas personas describen la sensación de hacerse un piercing como un pequeño pinchazo o una sensación rápida de incomodidad, que suele desaparecer rápidamente. Después del procedimiento, puede haber cierta sensibilidad o molestia durante unos días, pero esto es normal y parte del proceso de curación. Si bien el dolor es una parte natural del proceso, es importante