La anacusia puede aparecer por causas muy diversas. Por un lado, puede deberse a
motivos congénitos, es decir, un
trastorno de nacimiento que puede manifestarse en diferentes momentos a través de malformaciones en el canal auditivo. Por otro lado, también puede desencadenarse debido a un
incorrecto o incompleto tratamiento de otros trastornos, como el síndrome de Ménière, lesiones o infecciones. Algunos casos de exposición continua a ruidos intensos también pueden desencadenar cofosis, así como ciertos
traumatismos craneoencefálicos o el consumo de medicamentos ototóxicos, en determinadas condiciones.