Lucía y Abel son dos hermanos gaditanos de 11 y 9 años que nacieron con sordera bilateral profunda. Gracias a los implantes cocleares secuenciales han podido mejorar su calidad de vida notablemente. A través de sus palabras y la de sus padres, Sonia y Antonio, vamos a conocer mejor su caso y como ha impactado en ellos la llegada de los implantes secuenciales.
Antonio: El primer implante se lo pusieron con 13 meses de vida a ambos. El segundo es muy reciente, en septiembre de este 2021 los operaron y ahora hace un mes les pusimos el dispositivo exterior.
Antonio: Cuando nació Lucía y supimos que era sorda, nos presentaron a un amigo con sordera desde los 3 años, que nos insistió mucho en que debíamos apostarlo todo por el implante coclear. Esto chocaba con la palabra de distintos audiólogos que nos comentaban que con audífonos ya podían escuchar y vivir bien. Finalmente, la experiencia e insistencia de nuestro amigo, más las palabras del doctor que nos acogió en su consulta de Granada, hicieron que nos decantáramos por el implante. Ahora sabemos que fue una decisión acertada y totalmente recomendable.
Sonia: Además, viendo la evolución que había hecho Lucía con el primer implante, decidimos tener un segundo hijo sabiendo que era muy posible que tuviera el mismo problema auditivo. El camino ya fue más fácil con Abel, porque ya sabíamos los pasos que debíamos seguir y los buenos resultados del implante.
Antonio: Abel tiene los dos implantes con el Nucleus 7, y Lucia tiene el Nucleus 6 en un oído y el Nucleus 7 en el otro.
Antonio: Tienen los de Aqua +, para proteger el dispositivo y sus piezas, y además tenemos un Mini Mic 2+. De hecho, actualmente estamos buscando comprar otro Mini Mic 2+, porque de inicio Lucía era reacia a usarlo, pero Abel lo usa para la escuela y le va genial. Y ahora nos encontramos que Lucía lo usa en casa para escuchar música por ejemplo, y por eso hemos pensado en adquirir otro.
Sonia: La percepción del sonido. Ahora giran la cabeza porque ya intuyen mucho mejor de dónde proviene el sonido que acaban de percibir. Aún les cuesta entender de primeras si no nos leen los labios, pero ya van percibiendo mucho mejor de donde proceden los sonidos que se dan a su alrededor.
Antonio: Con el segundo implante me ha llamado la atención dos cosas. La primera la capacidad de escuchar el televisor a un volumen mucho más bajo y normal de lo que acostumbraban. Y en segundo lugar, el tono de voz. Que cuando les sacamos el primer implante para seguir con la adaptación del nuevo, su tono de voz no cambia y antes, cuando se quitaban el implante, el tono de voz se les volvía robótico.
Sonia: Yo los animaría. De hecho a Lucía le pusimos el segundo implante porque nos lo pidió. Nos dijo: “Mamá quiero escuchar por los dos porque no escucho a mis amigas, no sé de dónde me viene el sonido y cuando me hablan y hay una conversación me pierdo”. Con esto también nos hemos dado cuenta de que quizás fue un error nuestro no habérselo puesto de pequeña porque habría crecido siendo una normoyente. Por eso yo les aconsejaría que cuanto antes mejor.
Lucía: He notado que escucho más fuerte y mejor. Aún escucho algunas campanitas, pero es porque aún nos falta acabar con la adaptación, que es muy reciente. Pero en general he notado mucha diferencia a mejor, la verdad.
Abel: Yo también noto algunas campanitas aún, aunque cada vez van desapareciendo desde que hemos ido cambiando el programa del aparato.
Lucía: Me siento bien, aunque aún debo adaptarme al peso del implante nuevo y a veces me molesta un poco.
Abel: Bueno, el izquierdo que es el nuevo, a veces por la tarde me duele un poco, pero ya irá pasando con el tiempo.
Lucía: No muy bien. Me agobia no escuchar. Me gusta enterarme de las conversaciones que se hablan delante de mí y a veces estar leyendo muchos labios a la vez es difícil.
Abel: Lo llevo bien. Aunque no escuche bien y oiga ruidos, estoy tranquilo. Además, voy aprendiendo a diferenciar los sonidos.
Lucía: Yo creo que en la escuela, porque antes escuchaba muy flojito al profesor y ahora lo escucho normal. Me puedo enterar bien de la pizarra, de lo que explica y he notado mucha mejoría. Con la pandilla de amigos antes también me agobiaba mucho porque buscaba siempre el lado derecho para poder escuchar, ahora por lo menos sé de dónde proviene el sonido y de qué lado me están hablando.
Abel: Yo bien, también escucho mejor a los profesores y también a mis amigos. Antes, cuando estaba con ellos, con el tema de la mascarilla y la voz escuchaba muy flojito y no me enteraba. Me hablaban y me decían secretos por el oído izquierdo y les decía: “No, es por aquí, por el derecho”. Y ahora con el segundo implante ya me pueden contarme los secretos por el oído que quieran.