Descubrimos juntos la anatomía del oído externo, sus funciones y las patologías que pueden afectarlo.
El oído externo incluye el pabellón auricular (o aurícula) y el canal auditivo externo. El pabellón auricular tiene una forma característica, con variaciones considerables en cuanto al tamaño, las modalidades de implantación y la forma, y consiste principalmente en un esqueleto fibrocartilaginoso cubierto de piel. En promedio tiene un eje mayor de 60-65 mm y un eje menor de 30-35 mm. En el pabellón auricular se consideran dos lados: uno lateral y el otro medial. En la cara lateral hay relieves característicos y numerosas depresiones; la más grande de estas, la concha, se encuentra alrededor del centro y continúa directamente en el meato acústico externo. El trago, de forma triangular y colocado frente a la concha, también consiste en un esqueleto cartilaginoso cubierto de piel con formaciones de pilífero, tiene funciones protectoras contra el meato acústico externo y ayuda a transmitir ondas de sonido que vienen de detrás del cuerpo. La única porción del pabellón auricular sin un esqueleto cartilaginoso se llama lóbulo y se encuentra en la porción inferior del mismo.
Malformaciones (congénitas o adquiridas), infecciones, traumas y tumores están presentes en el contexto de las patologías del oído externo, que también pueden presentar la hipoacusia como un síntoma asociado. Las malformaciones genéticas del oído externo pueden encontrarse en el conducto auditivo externo, que puede restringirse hasta la desaparición completa de la luz (atresia) asociada con anomalías del pabellón auricular que puede ser más pequeño de lo normal (microtia) o, en otros casos, parcial o totalmente ausente (atresia auris).
Uno de los problemas más frecuentes en la práctica clínica es la oclusión del conducto auditivo por tapones de cera. La cera del oído es producida por las glándulas sebáceas presentes en el canal auditivo. Normalmente, la cera producida se transporta hacia afuera por la acción de limpieza del revestimiento de la piel del canal auditivo y por los movimientos de la mandíbula. Las pequeñas anomalías de los conductos, los fenómenos inflamatorios locales o generales, las maniobras incorrectas de limpieza de conductos (uso de bastoncillos de algodón) pueden alterar la migración normal de la cera del oído hacia el exterior y, por lo tanto, producen el clásico tapón de cera del oído. El tipo de pérdida auditiva que se deriva es transmisiva (afecta el sistema de transmisión de sonido, o sea el oído externo y el oído medio). El canal auditivo externo también puede ser bloqueado por cuerpos extraños inadvertida o accidentalmente penetrados. La eliminación de cuerpos extraños se realiza con herramientas especiales, con lavado o aspiración. En casos particularmente complicados, la cirugía se puede realizar bajo anestesia local o general.
La pericondritis, inflamación del cartílago del oído externo, es otra enfermedad que afecta al oído externo
Inflamación del conducto que puede ser limitada (en forma de un grano) o difusa y también afectar la membrana timpánica. Las causas de la otitis externa pueden ser múltiples: bacterias, virus, hongos, eventos traumáticos, etc. La terapia utiliza la limpieza del conducto por aspiración, analgésicos antiinflamatorios y antibióticos.