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Qué es el ruido rosa
El ruido rosa es aquel sonido considerado grave que se sitúa en el espectro de las frecuencias sonoras entre medias y altas. Además, se caracteriza por que su energía acústica disminuye según aumenta la frecuencia, lo que lo hace especialmente útil para tratar trastornos del sueño y hasta los pitidos en los oídos de los acúfenos.
Cómo suena el ruido rosa
De forma subjetiva, si tuviésemos que ejemplificar un ruido rosa, sería un ruido cálido y fricativo, como pronunciar la ‘f’ de forma sostenida. Otro sonido similar sería el de un piano u órgano. También se ajustaría a lo que se considera ruido rosa el rumor de una cascada o el sonido de lluvia a cierta distancia.
Características del ruido rosa
El ruido rosa presenta diferentes propiedades que permiten distinguirlo y le confieren singularidad:
- Es un sonido audible para el ser humano, pues cuenta con frecuencias de entre 20 y 20.000 hercios (Hz).
- Su energía acústica o potencia por hercio disminuye, como hemos señalado, conforme aumenta su frecuencia.
- Al ser un sonido grave cálido, puede integrarse con otros sonidos que se mueven en el mismo espectro.
Ruido rosa y acúfenos
Atendiendo a estas características de sonido grave y cálido, uniforme y cuya energía varía según la frecuencia, el ruido rosa se utiliza para meditar y también para conciliar el sueño. Y precisamente por estas características, puede servir además, como ocurre con el ruido blanco, para tratar los acúfenos, al permitir enmascarar los molestos pitidos subjetivos que oyen quiénes los padecen. De hecho, el ruido rosa, para muchas personas, resulta más relajante que el blanco, por lo cual se recomienda especialmente para ‘camuflar’ el tinnitus cuando es hora de dormir.
Ruido rosa e hiperacusia
El ruido rosa también puede servir para tratar casos de hiperacusia moderada, si bien no hay consenso al respecto, pues no a todo el mundo le funciona. En todo caso, este tipo de sonido, al acentuar más las frecuencias graves que las agudas, suele ser muy bien tolerado por los afectados por esta patología del oído, en la que los sonidos agudos son los más molestos habitualmente.