La reducción de la percepción auditiva o hipoacusia se presenta como un proceso lento y gradual. Cabe destacar que son situaciones que pueden presentarse a lo largo de la vida cada vez con más frecuencia.
A veces cuesta percibir algunos sonidos, especialmente en lugares concurridos o de grandes dimensiones; en otras ocasiones, es necesario un mayor esfuerzo para entender palabras pronunciadas en voz baja.
Estos episodios, no tan raros, pueden representar señales que permiten identificar casos de hipoacusia neurosensorial, un fenómeno para el cual existen soluciones eficaces.
No todas las formas de hipoacusia presentan las mismas características: en la hipoacusia neurosensorial, la disminución de las capacidades auditivas se debe a un daño del oído interno, en especial en la cóclea (o caracol) que, por diferentes motivos, no puede convertir las vibraciones sonoras percibidas en impulsos nerviosos.
Este fenómeno puede afectar a un solo oído, clasificándose como hipoacusia monolateral, o a ambos, como se produce en la hipoacusia bilateral. Además, se pueden distinguir dos tipos de hipoacusia neurosensorial:
Sin duda, la reducción de la sensibilidad auditiva que se puede clasificar como hipoacusia está relacionada, con mayor incidencia, a la presbiacusia. Se estima que aproximadamente el 30% de la población con más de 65 años presenta disminución del nivel auditivo de diferentes tipos. El envejecimiento del sistema auditivo en su conjunto, y más concretamente de las células ciliadas de la cóclea, se considera una de la causas principales, pero el fenómeno puede presentarse también en otros momentos de la vida. Otras posibles causas:
El síntoma típico de la hipoacusia del oído interno o neurosensorial es una disminución de la comprensión acústica de las conversaciones. Inicialmente, disminuye solo la percepción de los ruidos ambientales. Pueden producirse también ruidos auriculares.
Programar una visita de control es un óptimo método, rápido y preciso, para prevenir o reducir las consecuencias de la hipoacusia neurosensorial. Además, en muchos casos, si está presente una hipoacusia, se recurre a los recursos limitados de memoria y atención para identificar y elaborar las señales auditivas, en perjuicio de determinadas tareas específicas. La rapidez es esencial, también en acompañar a las personas que queremos a un centro especializado donde con una entrevista y algunas pruebas no invasivas se podrá detectar el tipo de dificultad y, si es necesario, buscar respuestas concretas, como los audífonos.
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