Los audífonos mejoran nuestra vida día tras día. Pero ¿qué hacer si el audífono no funciona o funciona mal? En realidad, no existe una sola respuesta. Es perfectamente normal que se produzca algún contratiempo en el funcionamiento, sobre todo durante los primeros meses, cuando aún tenemos que acostumbrarnos a utilizar y cuidar estos dispositivos. En la mayoría de los casos, se trata de pequeños problemas que se pueden resolver de forma sencilla.
El oído es un órgano delicado y, al principio, nos puede resultar un poco incómodo introducir un cuerpo extraño. Pero, en general, se trata simplemente de una pequeña molestia que, después de un tiempo, casi no se nota. Al final se crea una verdadera rutina y nuestro oído percibe el audífono como una parte más del cuerpo.
Los audífonos presentes en el mercado son cada vez más pequeños, discretos y cómodos pero, en caso de duda, se puede reservar una cita con un especialista en uno de los centros GAES, donde nos contestarán todas las preguntas y nos realizarán cualquier control que pueda ser necesario.
Actualmente, la mayoría de las ayudas auditivas tiene un sistema de cancelación del feedback acústico. Se trata de un sistema antisilbido, que elimina los molestos pitidos que se pueden generar de varias maneras.
Este silbido, definido como “efecto Larsen”, nace de una dispersión del audífono, esto es, del hecho que el aparato se pega poco al oído y el sonido encuentra un espacio por donde salir y volver a entrar al aparato. De ahí el silbido.
En general, esta molestia se puede eliminar con algunas medidas sencillas:
Hablar con un audioprotesista puede ayudar a resolver las dudas. Además, si es necesario, podrá confirmar que no haya tapones de cera que obstruyan el conducto.
Oír un sonido alto, bajo o extraño no significa que el audífono no funcione, sobre todo si estos problemas se perciben durante los primeros días de utilización. El oído de una persona con pérdida auditiva debe volver a acostumbrarse a oír, y esta fase de adaptación debe realizarse de forma progresiva, ajustando y viendo poco a poco cómo aprovechar plenamente la ayuda que ofrece esta solución auditiva.
Por lo tanto, no es necesario alarmarse si en los primeros días se notan algunos ruidos. Si esto ocurre, basta con acudir al audioprotesista para resolver el problema.
Muchos audífonos son resistentes al agua. Para conocer estos detalles sólo hay que leer la ficha técnica del producto. Los audífonos resistentes al agua pueden usarse día tras día sin preocuparse de las gotas y las salpicaduras, el sudor o la lluvia. No obstante, no debemos pensar que estos audífonos sean resistentes en todos los casos. No pueden usarse, por ejemplo, para nadar, sobre todo en el mar, ya que el agua salada daña todo el dispositivo.
En general, es conveniente evitar usar estos dispositivos en la ducha o en la piscina, exponerlos a un chorro de agua o guardarlos en lugares húmedos. Un audífono que se moja demasiado puede dejar de funcionar totalmente o requerir de sustituciones de partes importantes, o incluso un cambio completo. Los audífonos son resistentes, pero proteger los componentes es fundamental para seguir oyendo de manera cristalina y poder utilizarlos durante mucho tiempo.
Puede parecer cómodo y práctico, pero dormir con los audífonos no es una buena idea. En primer lugar, porque el oído debe descansar, pero también para activar de manera autónoma el proceso de limpieza de la parte interna del dispositivo. Además, el contacto con el cojín puede provocar silbidos y sonidos molestos. Antes de ir a dormir, es útil crear una pequeña rutina de limpieza del audífono, dejando abierto el compartimento de la batería para evitar que se descargue mientras no se utiliza y para que no se cree humedad en el interior.
Sólo se debería puede dormir con los audífonos si es estrictamente necesario. Por ejemplo, en caso de emergencias o en momentos especiales. Lo importante es que esta escepción no se convierta en una regla.
Los controles periódicos y las revisiones regulares con nuestro audiólogo son la mejor base para oír bien. Nuestra capacidad auditiva puede cambiar, sobre todo en personas mayores, por lo que someterse a una visita de control evita futuros problemas y permite regular el dispositivo según nuestras necesidades para seguir oyendo bien y tener una vida plena y activa.