La otitis es una inflamación de oído que suele ser muy habitual en adultos y niños. Para aliviar el dolor y evitar cualquier complicación, existen diferentes tratamientos: las gotas óticas, los antibióticos u otras soluciones que contribuyen a aliviar los síntomas.
No siempre es necesario tratar la otitis con antibióticos, ya que esta puede tener un origen viral. En general, cuando afecta a los adultos, los antibióticos no son necesarios si la fiebre y el dolor son moderados.
En los niños, las otitis más habituales son las de origen bacteriano. En estos casos, sí está indicado el uso de antibióticos, sobre todo en presencia de determinados síntomas, como dolor intenso y fiebre alta. En cualquier caso, es conveniente acudir al médico si el dolor es intenso o la temperatura elevada.
En casos de otitis media grave, administrar gotas en el conducto auditivo puede que no solucione el problema, ya que la infección está localizada detrás del tímpano. Las gotas nasales serían en este caso una solución más adecuada.
Las gotas óticas sí son el tratamiento adecuado en caso de perforación de tímpano. En cualquier caso, es importante comprobar qué gotas se administran, pues algunas podrían ser tóxicas y estar contraindicadas en estos casos.
Las infecciones de oído también se pueden tratar con remedios naturales como la homeopatía o los aceites esenciales. En cualquier caso, es conveniente consultar con el otorrino si las otitis se producen de forma repetida, sobre todo en el caso de los niños.
Para que los síntomas no empeoren, podemos adoptar algunas sencillas medidas:
Los medicamentos de venta libre ayudan a aliviar la infección de oídos, siempre que se respeten atentamente la dosificación y las instrucciones.
Es el caso del paracetamol, un analgésico para la fiebre que puede suministrarse también a niños menores de 3 meses. Ocasionalmente, este fármaco se puede tomar también durante el embarazo.
También el ibuprofeno, un antiinflamatorio no esteroideo, puede ser útil para aliviar la otitis. Sin embargo, este medicamento no puede usarse antes de los 3 meses de edad, aparte de estar también desaconsejado en los primeros meses de embarazo, y contraindicado en los últimos cuatro.
Beber mucha agua es conveniente cuando se produce una infección en el oído o en caso de fiebre. Se trata de la mejor manera de compensar la gran cantidad de agua que se pierde con el sudor.
Podemos beber agua mineral, pero también nos sirven las sopas, los caldos o los zumos de fruta. En neonatos o niños de corta edad, es necesario prestar una especial atención a esta compensación, ya que la deshidratación puede evolucionar muy rápidamente.
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La otitis afecta a todo el mundo. En el caso de los neonatos y los niños pequeños, es aconsejable consultar con un pediatra en determinados casos: