La oreja de coliflor, conocida también como otohematoma o hematoma en la oreja, es una alteración de la oreja causada por un trauma que provoca una acumulación de sangre o de suero entre el pericondrio del pabellón auditivo y el cartílago.
Los luchadores suelen tener orejas de coliflor debido a los golpes y la fricción constante en la zona durante los entrenamientos o combates. Estas lesiones repetitivas dañan el cartílago de la oreja, causando acumulación de sangre (hematoma auricular) entre la piel y el cartílago.
Si no se trata adecuadamente, la sangre se solidifica, deformando la oreja y dándole el aspecto característico de "coliflor". Este fenómeno es común en deportes de contacto como la lucha libre, el judo y las artes marciales mixtas (MMA).
La oreja de coliflor se forma principalmente debido a golpes intensos o traumas repetidos en la oreja, lo que provoca que el pabellón auricular se separe del pericondrio y se acumulen hematomas. Esta condición es comúnmente observada en deportes de contacto como el rugby, la lucha libre, MMA, BJJ y artes marciales, siendo más frecuente en hombres.
Según estudios, hasta el 84% de los luchadores y boxeadores masculinos pueden desarrollar esta deformidad, que ha hecho famosas las orejas de figuras como Khabib Nurmagomedov y Conor McGregor.
Aunque la oreja de coliflor es menos común en mujeres, hay casos destacados de atletas femeninas que la han desarrollado. Un ejemplo es Leslie Smith, quien ha presentado esta característica deformidad. También Ronda Rousey, reconocida campeona de UFC y ahora luchadora en la WWE, ha sido afectada por esta condición.
A pesar de que la lesión es más habitual en hombres, estas deportistas sobresalientes en disciplinas de contacto han experimentado hematomas en el cartílago de la oreja a causa de impactos repetidos.
Las orejas de coliflor se forman debido a golpes, fricción o presión repetida en las orejas, que dañan el cartílago y provocan la acumulación de sangre (hematoma auricular). Para desarrollarlas, sería necesario:
Un otohematoma no se cura por sí solo. Este tipo de hematoma ocurre cuando se acumula sangre entre la piel y el cartílago de la oreja, generalmente debido a un golpe o trauma. Si no se trata adecuadamente, la sangre acumulada puede coagularse y formar tejido cicatricial, lo que puede llevar a una deformidad permanente, como la oreja de coliflor.
La oreja de coliflor se puede tratar quitando el coágulo con una incisión para después dar unos puntos de sutura, sometiéndose a una intervención quirúrgica conocida como otoplastia o utilizando el drenaje de Penrose con una terapia compresiva. En todos los casos, para evitar una infección se suministrará un tratamiento con antibióticos durante unos 5 días.
Uno de los tratamientos aconsejados para curar la oreja de coliflor es el drenaje. En cualquier caso, debe ser un médico quien lo realice, incluso en casos considerados de emergencia. El objetivo del drenaje es la completa evacuación del hematoma subperiocondrial y la recolocación del pericondrio para facilitar la readhesión del cartílago.
No se recomienda efectuar el drenaje aspirando con una aguja; para llevarlo a cabo de manera correcta, el médico limpiará el pabellón auricular con una solución antiséptica, anestesiará la oreja y realizará incisiones en la piel con un bisturí, siguiendo la curva del pabellón auricular. Posteriormente se drenará la oreja y se enrollará con vendajes elásticos o de gasa alrededor de la cabeza.
Las consecuencias de la oreja de coliflor van más allá de la apariencia estética. Algunas de las principales son:
La mejor manera de prevenir la oreja de coliflor es evitar traumas y lesiones usando protecciones adecuadas durante los deportes de contacto. En caso de accidente, la oreja de coliflor puede evitarse acudiendo de manera inmediata al médico.