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El próximo fin de semana llega el Carnaval, una de las celebraciones más divertidas y coloristas del calendario. También multitudinaria. Y musical. Por tanto, una fiesta ruidosa que nos obliga a insistir en la necesidad de disfrutar al máximo, pero teniendo en cuenta la conveniencia de proteger nuestros oídos y el de los más pequeños de la casa. En el siguiente post os damos consejos para disfrutar plenamente de la fiesta más loca del año sin que resulte afectada vuestra salud auditiva.
Recordemos que el umbral del dolor en cuánto al ruido se sitúa en los 85 decibelios (dB). Y en la mayoría de rúas y comparsas de carnaval, contando el gentío y la música, el impacto sonoro puede fácilmente superar los 100 dB. Por tanto, toca proteger nuestros oídos y, sobre todo, el de los niños y niñas.
Para empezar, hay que evitar estar muy cerca de las fuentes sonoras, especialmente de altavoces o bandas de música. O, como mínimo, estar expuesto poco rato, pues la pérdida auditiva puede ser acumulativa: a más tiempo, más daño.
En el caso de los más pequeños, un buena idea puede ser contar con algún tipo de protección auditiva, ya sean moldes o tapones para los oídos. Esta opción también es muy recomendable para aquellos adultos que durante el carnaval toquen en alguna banda de música o hagan de disc jockeys. En el caso de los profesionales de la música existen protectores auditivos específicos.
Evitar los resfriados para prevenir posibles otitis
Otro consejo muy útil, y más teniendo en cuenta la época del año, es la de evitar los cambios bruscos de temperatura. Debemos ir disfrazados, pero bien abrigados. Y es que un resfriado o catarro puede ser la puerta de entrada para la aparición de infecciones de oído. De hecho, la otitis media aguda es uno de los principales motivos de visita al médico durante esta estación del año. Los niños y las personas mayores son además los dos colectivos más vulnerables.
Una buena idea para proteger los oídos del frío, y si el disfraz nos lo permite, es el uso de orejeras o gorros de lana, que no sólo calientan sino que evitan la penetración de microbios.