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Matrescencia y audición
La matrescencia es el proceso de cambio físico y mental que experimentan las mujeres cuando se convierten en madres. Entre estos cambios destaca el aumento de la neuroplasticidad cerebral, que se manifiesta, entre otros síntomas, en una mayor capacidad auditiva, destinada sobre todo a distinguir el llanto del bebé de otros o a detectar cualquier sonido relacionado con la criatura.
La matrescencia agudiza los sentidos
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature y liderado por Susana Carmona, María Paternina-Die y Magdalena Martínez, investigadoras del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha confirmado que el cerebro de la mujer cambia tanto durante el inicio del embarazo como tras el parto. Los resultados de la investigación confirman la agudización de los sentidos de las madres, debido al cambio de las redes neuronales relacionadas con la atención. Por este motivo, las mujeres que acaban de tener un bebé desarrollan una mayor capacidad auditiva, que les permite identificar y discernir cualquier sonido que realice su bebé antes que, por ejemplo, otras féminas o su pareja, por ejemplo.
Respuesta adaptativa a los sonidos
La matrescencia, como señalábamos, agudiza sentidos como el olfato o el oído. El motivo es la respuesta adaptativa que implica este proceso de maternidad, gracias al cual el cerebro mejora la detección de posibles síntomas de alerta o necesidad de ayuda del bebé. Según la citada investigación, el desarrollo de esta mayor capacidad de atención remite de forma progresiva tras el parto, conforme la niña o niño crecen y ganan en autonomía.
Matrescencia y adaptación al entorno
Otro estudio, en este caso publicado en 2024 en la revista Transnational Psychiatry, aparte de confirmar que la matrescencia implicaba cambios importantes en la neuroplasticidad cerebral, señaló también como este proceso reforzaba el vínculo entre madre e hijo a partir de una mayor capacidad de esta para adaptase al entorno y proteger y cuidar a este.
La menopausia y la pérdida auditiva y los acúfenos
A diferencia de lo que ocurre en la matrescencia, la menopausia implica unos cambios hormonales que pueden disminuir la capacidad auditiva de las mujeres. De hecho, el descenso del nivel de estrógenos se asocia a un mayor riesgo de pérdida de audición, así como a más posibilidades de desarrollar pitidos en los oídos (acúfenos).