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P.J. Waardenburg, oculista holandés, puso nombre a mediados del siglo XIX a este trastorno que afecta principalmente a la audición y también genera anomalíaas en la pigmentación de los ojos, el cabello y la piel. En el siguiente post te damos más detalles sobre las causas y síntomas del síndrome de Waardenburg.
El síndrome de Waardeburg es una enfermedad hereditaria que transmite uno de los progenitores en un 50% de los casos. Hablamos de una patología muy poco frecuente (un caso por cada 40.000 personas) que causa pérdida de audición y también decoloración del cabello y alteración cromática del iris, entre otros síntomas, si bien estos y su gravedad pueden variar mucho de una persona a otra.
El síndrome de Waardenburg incluye cuatro categorías o tipos diferentes, siendo la pérdida de audición una constante en los cuatro, si bien con diferente incidencia. En el tipo 1 hablamos de una hipoacusia neurosensorial; en el tipo 2, la sordera congénita es más común y afecta a casi la mitad de los que padecen esta enfermedad; en el tipo 3 (llamado también síndrome de Klein-Waardenburg) la hipoacusia también suele aparecer, siendo el hecho distintivo la sensación de debilidad en las extremidades superiores, y en el tipo 4 (o síndrome de Waardenburg-Shah) la pérdida de audición suele convivir con síntomas graves de estreñimiento y oclusiones intestinales.
Tratamiento del Síndrome de Waardenburg
Lo primero que hay que señalar es que el síndrome de Waardenburg no tiene cura. Esa es la mala noticia. La buena es que no condiciona la esperanza de vida y permite llevar una vida normal una vez se tratan los síntomas. En el caso de la pérdida de audición, los implantes cocleares y los audífonos, dependiendo de la pérdida auditiva experimentada, se presentan como la mejor solución.