La quimioterapia es el tratamiento mayoritario y más conocido contra el cáncer. Resulta efectivo en muchas ocasiones pero se trata de una terapia agresiva. Y con efectos secundarios. Por ejemplo, en la audición de los pacientes. Así, diferentes estudios han alertado sobre cómo la quimioterapia puede causar pérdida auditiva a los afectados. La buena noticia es que también hay investigaciones que muestran cómo minimizar este daño.
Uno de los estudios más recientes sobre este tema es el que ha liderado el Centro del Cáncer Melvin y Bren Simon de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, que ha alertado de los efectos negativos sobre la audición que implica la quimioterapia en hombres afectados por cáncer testicular. El elemento dañino es, concretamente, el cisplatino. Los investigadores concluyeron que además de perder audición, cerca del 40% de los hombres también experimentaron tinnitus o acúfenos.
Ante estos resultados, los autores del estudio sugieren la necesidad de que los responsables sanitarios se interesen por el estado auditivo de los pacientes que han recibido tratamiento de quimioterapia con cisplatino, como mínimo una vez al año, consultando a los audiólogos.
También la radioterapia
No sólo la quimioterapia tiene efectos adversos. Según un estudio realizado por el Laboratorio de Ciencias Auditivas de la Universidad de McGill, en Canadá, tres de cada diez pacientes sometidos sólo a radioterapia para tratar su cáncer de cabeza y cuello muestran a largo plazo pérdida de audición de manera progresiva e irreversible. La importancia de este hallazgo es que aporta información nueva a los médicos, que podrán tener en cuenta este efecto adverso y también aquellos agentes que pueden empeorarlo, como la exposición a niveles elevados de ruido o ciertos antibióticos.
Pero no todo son malas noticias. Y es que una investigación llevada a cabo en el Hospital infantil de Los Ángeles por el doctor David R. Freyer haya mostrado que el uso de tiosulfato de sodio junto al cisplatino reduce a la mitad la pérdida de audición en niños que reciben quimioterapia.