Muchas personas confunden el vértigo con el mareo, pero no son lo mismo. Mientras que el vértigo se percibe como una sensación de giro o movimiento, el mareo es una sensación más general de inestabilidad o desorientación. Entender la diferencia es clave para identificar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
Muchas personas utilizan los términos vértigo y mareo como si fueran sinónimos, pero en realidad describen sensaciones distintas. Comprender la diferencia entre ambos puede ayudar a identificar mejor el origen del malestar y buscar el tratamiento adecuado.
El vértigo es la sensación de que todo gira o se mueve a tu alrededor, incluso cuando estás quieto. Es una ilusión de movimiento que suele estar relacionada con alteraciones del oído interno o del sistema vestibular, responsable del equilibrio. Los síntomas más comunes que acompañan al vértigo incluyen náuseas, pérdida del equilibrio e incluso movimientos oculares involuntarios. Un ejemplo típico de esta condición es el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), que se presenta con episodios breves pero intensos al cambiar de posición.
Por otro lado, el mareo es una sensación más general de inestabilidad, aturdimiento o desvanecimiento. No hay una percepción de giro como en el vértigo, sino más bien una sensación de estar a punto de desmayarse o perder el equilibrio. El mareo puede tener múltiples causas, como una bajada de tensión arterial, ansiedad, hipoglucemia o deshidratación. A menudo es de corta duración, aunque puede repetirse con frecuencia si la causa no se trata.
El vértigo y el mareo pueden tener diversas causas, y aunque a veces se presentan juntos, su origen suele ser diferente.
El vértigo generalmente se debe a problemas en el oído interno, que es el encargado de controlar el equilibrio. Las causas más comunes incluyen el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), la enfermedad de Ménière, infecciones como la laberintitis o neuritis vestibular, y traumatismos en la cabeza. Estas condiciones alteran la percepción del movimiento y provocan la sensación de que todo gira a tu alrededor.
En cambio, el mareo puede deberse a múltiples factores no necesariamente relacionados con el oído. Algunas de las causas más frecuentes incluyen la bajada de presión arterial, la hipoglucemia, la deshidratación, la ansiedad o el estrés, así como ciertos medicamentos. También puede estar relacionado con problemas neurológicos o cardiovasculares.
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Muchas enfermedades del oído pueden producir vértigos en algún momento de su evolución, como la otitis, un tapón de cerumen o la otosclerosis. Pero existen otras enfermedades del oído interno en las que el vértigo es el síntoma fundamental, como son el Vértigo Paroxístico Benigno (VPPB), la Enfermedad de Ménière y la Neuronitis Vestibular.
El tratamiento del mareo o el vértigo depende de su causa. En muchos casos, se pueden aliviar los síntomas con medicamentos o remedios caseros.
Entre las pastillas más utilizadas, se encuentran los antivertiginosos como la betahistina (especialmente en la enfermedad de Ménière), los antihistamínicos como la meclizina o la dimenhidrinato, y en algunos casos, ansiolíticos si el mareo está relacionado con el estrés o la ansiedad.
Como remedios caseros, se recomienda: