El oído medio contiene tres huesecillos -el martillo, el yunque y el estribo, llamados así por su parecido con estas tres herramientas de trabajo. Son los huesos más pequeños del cuerpo humano, y su función es recoger las ondas sonoras, amplificarlas y transmitir los sonidos al fluido que contiene el oído interno.
La cadena osicular forma un puente entre el tímpano y la ventana oval. El martillo es el hueso más lateral del oído medio, situado en el receso epitimpánico directamente en contacto con el tímpano. En cambio, el estribo está en una posición media, se conecta con la cóclea y comunica con el martillo gracias al yunque, el hueso intermedio situado entre los dos primeros.
El martillo es el huesecillo más grande del oído; la función del martillo del oído es transmitir al yunque las vibraciones que las ondas sonoras producen en la membrana del tímpano. Se compone de 5 partes: la cabeza, el cuello, el manubrio y dos apófisis, anterior y lateral.
El yunque es un hueso pequeño de unos 0,7 cm situado entre el martillo y el estribo. La función del yunque del oído es transmitir las vibraciones producidas por las ondas sonoras. Fue descrito por Alessandro Achillini, se parece a un molar y presenta un cuerpo y dos raíces (llamadas ramas o apófisis).
El cuerpo del yunque tiene forma cuboide y está ligeramente aplastado en dirección transversal. Del cuerpo salen las dos ramas: la corta (o superior) se dirige hacia la parte posterior de la caja timpánica ; la larga (o inferior) se dirige hacia abajo y termina con la apófisis lenticular, gracias a la cual el yunque se articula con el estribo.
El estribo del oído es el más ligero de los huesecillos; situado en el oído medio, por un lado se articula con el yunque y por otro, con la ventana oval. Fue descubierto por el profesor Gianfilippo Ingrassia de la Università degli studi di Napoli en 1546 y transmite las vibraciones transportadas por la cadena de los huesecillos al oído interno. Por lo tanto, tiene la función fundamental de permitir la comunicación entre el oído medio y el interno.
El estribo está formado por: una cabeza, dos arcos y una base. La cabeza se articula con la apófisis lenticular del yunque y los dos arcos (anterior y posterior) unen la cabeza con la base. Esta última no es más que una fina capa ósea elíptica que ocupa la ventana oval.
En lo que se refiere a la formación de los huesos del oído, filogeneticamente en los mamíferos el yunque y el martillo se han formado, respectivamente, a partir del cuadrado y del articular, los dos huesos del arco oral que permiten la articulación maxilar-mandíbula en los peces. En cambio, la formación del estribo deriva del hueso hiomandibular, esto es, de la parte dorsal del arco hioideo que en los peces realiza la función de suspensión del arco oral.
La mastoiditis es la inflamación del mastoides, la parte lateral posterior del hueso temporal, esto es, el área que corresponde a una protuberancia ósea palpable detrás del lóbulo auricular. A menudo las infecciones del oído medio pueden alcanzar el mastoides a través del antro mastoideo: el microorganismo responsable de la inflamación es el mismo que en la otitis y los síntomas de que el hueso detrás de la oreja está inflamado aparecen normalmente unos días o unas semanas después de la otitis aguda.
Algunos de los síntomas más comunes son los dolores auriculares intensos y pulsantes, con una pérdida auditiva, fiebre y dolor de cabeza, pero la infección puede complicarse hasta llegar a provocar la perforación de la membrana timpánica. Normalmente, una vez diagnosticada la mastoiditis, el problema se resuelve con un tratamiento intensivo de antibióticos por vía endovenosa.
La otosclerosis es una enfermedad del oído que conlleva una pérdida auditiva progresiva. La molestia tiene origen en la cápsula ótica, la estructura que protege el laberinto auricular, cuyo tejido óseo comienza a degenerar. Con el tiempo, se crea una acumulación de hueso neoformado, que acaba afectando a la ventana oval, la apertura entre el oído medio y el vestíbulo del oído interno.
La otosclerosis del oído interno reduce la movilidad del estribo y provoca hipoacusia. Normalmente se manifiesta en adultos, con más frecuencia en mujeres y se transmite de manera hereditaria. La evolución de la otoesclerosis puede decelerarse gracias a algunos tratamientos médicos, entre otros la aportación de fluoruro de sodio. Una ayuda auditiva, por ejemplo un audífono, o una intervención quirúrgica pueden contribuir a restablecer la capacidad auditiva y rehabilitar el movimiento entre el estribo auditivo y la ventana oval.