La endolinfa es un fluido fisiológico extracelular situado en el interior del laberinto membranoso del oído interno, y es protagonista de una enfermedad de este órgano conocido como síndrome de Ménière.
En cambio, la perilinfa está en la escala timpánica y vestibular de la cóclea. Su función principal es evitar que el laberinto membranoso golpee contra el laberinto óseo; en cambio, la perilinfa interna en la cóclea está implicada en la percepción de los sonidos.
En los seres humanos, el oído se puede dividirse en tres partes: el oído exterior, el medio y el interno.
Como se deduce de su nombre, el oído medio es la parte intermedia del oído, precedido por el oído exterior y seguido por el interno.
Su función principal es amplificar las ondas acústicas antes de que estas alcancen la cóclea, esto es, el órgano en que se realiza la conversión de la información acústica en impulso nervioso; además de los nervios y los vasos sanguíneos, el oído medio se compone de: tímpano, cavidad timpánica y de los tres huesecillos, la tuba auditiva, la ventana oval y la ventana redonda.
La composición iónica de la perilinfa puede paragonarse a la del plasma y del líquido cefalorraquídeo.
En la perilinfa, el principal catión, el ion positivo, es el sodio: los valores de concentración de sodio y potasio en la perilinfa son, respectivamente, 138 mM y 6,9 mM; su composición se parece al líquido extracelular (las sales de sodio son el electrolito positivo predominante) y, a través del conducto perilinfático, es un continuo con el líquido cefalorraquídeo.
La endolinfa es un líquido intracelular cuyo catión principal es el potasio. El potencial eléctrico de la endolinfa es de ~ 80-90 mV. Se trata de un potencial más positivo que la perilinfa a causa de una mayor permeabilidad de la estría vascular al sodio a nivel de las células. Todo ello lleva al potencial de equilibrio electroquímico cerca al del ion sodio.
La endolinfa está en el interior del laberinto membranoso del oído interno.
Fundamental para el equilibrio y el oído, la endolinfa se conoce también como el líquido de Scarpa, en honor de su descubridor, el anatomista italiano Antonio Scarpa.
La endolinfa tiene un papel fundamental en dos procesos: en la conversión de la información acústica en impulsos nerviosos, participando de esta manera en la función auditiva, y en el control del equilibrio estático y dinámico.
Fundamental para el oído, la perilinfa se conoce también como líquido de Cotugno, en honor de su descubridor, el médico italiano Domenico Cotugno (1736-1822).
La perilinfa se encuentra en dos partes del oído: en el espacio entre el laberinto óseo y el laberinto membranoso (espacio perilinfático) y en la cóclea; la perilinfa situada en el interior de las dos escalas de la cóclea también se denomina perilinfa coclear.
La perilinfa tiene un papel importante en la función auditiva: en especial, la contenida en la rampa vestibular y en la rampa timpánica (perilinfa coclear) tiene un papel determinante en el proceso de conversión de la información acústica en impulsos nerviosos, que sirve al cerebro humano para poder interpretar los sonidos.
En cambio, la perilinfa incluida en el espacio perilinfático sirve para mantener en suspensión el laberinto membranoso, evitando que golpee con las paredes del laberinto óseo.
Descubre la anatomía del oído medio, sus funciones, los huesos y las patologías que pueden afectar a este órgano, importante para el sístema auditivo.
A pesar de tratarse de dos líquidos celulares en el interior del oído, su diferencia no solo radica en la diversa composición química, sino también en que está en el interior de partes diferentes del oído.
El síndrome de Méniére es un trastorno caracterizado por episodios recurrentes de vértigo invalidante, pérdida auditiva fluctuante y ruidos en el oído.
Según algunos estudios, el origen de este trastorno debería relacionarse con los dos fluidos presentes en el laberinto auditivo: los estudiosos sostienen que en nuestro oído formado por el laberinto óseo y membranoso se mezclan los dos fluidos diversos presentes en cada uno de estos; en este caso, al mezclarse la endolinfa y la perilinfa, generarían todo el cuadro sintomatológico que responde al nombre de síndrome de Ménière.