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Los audífonos son sin duda una de las mejores soluciones para casos de pérdida auditiva. Además, con su digitalización, ofrecen mejores prestaciones y permiten conectarse a diferentes dispositivos que pueden ayudarnos a oír en situaciones de ruido ambiental, como son los micrófonos direccionales.
Una de las quejas más habituales hace unos años por parte de los usuarios de audífonos era que les costaba entender a sus interlocutores cuando había ruido de fondo. Un bar o un restaurante, o la propia calle, eran escenarios donde se daba esta situación. No obstante, con la digitalización de los audífonos, este problema se ha solucionado en gran medida gracias a los micrófonos direccionales, que se conectan a nuestra solución auditiva a través de bluetooth y nos ofrecen un sonido claro, mejorando por tanto la calidad de las conversaciones cuando hay ruido ambiental de fondo.
Los micrófonos direcciones ayudan a filtrar de manera automática e instantánea el ruido de fondo y otros sonidos no importantes. Como indica su nombre, permite a sus usuarios ‘enfocarse’ en el habla u otras fuentes sonoras relevantes. De hecho, los micrófonos ofrecen una sensibilidad especial para los sonidos que se ubican frente al portador del audífono. De esta forma, es el usuario el que decide qué sonido le interesa captar.
Micrófonos omnidireccionales
¿Qué diferencia hay entre los micrófonos direccionales y los omnidireccionales? Pues que los segundos captan el sonido en todas direcciones por igual, lo que puede suponer una desventaja cuando hablamos de audífonos, ya que entonces, en situaciones de ruido ambiental (el llamado ‘efecto cóctel’) el usuario tiene problemas para seguir las conversaciones. En cambio, los micrófonos direccionales se focalizan en una fuente sonora para facilitar su comprensión por parte del oyente.