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Respirar por la boca y pérdida auditiva
La respiración bucal, que es aquella en la que inhalamos el aire por la boca, puede causar pérdida de audición, pues aumenta el riesgo de acumular secreciones y de tos. Respirar por la boca también puede afectar al rendimiento académico y cognitivo de los niños, según un estudio reciente de la Gachon University de Corea del Sur.
Por qué es mejor respirar por la nariz
Los expertos siempre insisten en la conveniencia de respirar por la nariz, ya que es la forma que garantiza el mejor y más constante suministro de oxigeno al cerebro. Las fosas nasales filtran además el aire que respiramos y lo calientan, lo que también es mejor para nuestros pulmones. Esta mayor temperatura del aire también ayuda a humedecer los tejidos de la nariz y de la garganta, lo que permite evitar sequedad, irritación y prevenir patologías.
Por qué no es aconsejable respirar por la boca
La respiración bucal ni filtra el aire ni lo calienta, aumentando de esta forma el riesgo de sequedad e irritación, así como de problemas respiratorios. La posible acumulación de secreciones incrementa además, como señalábamos, el riesgo de pérdida de audición. Respirar por la boca también también puede contribuir a problemas de salud crónicos como la ronquera, el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Otro posible problema asociado a la respiración bucal es el insomnio o dificultad para dormir seguido, pues la entrada de aire no es tan fluida y regular como cuando inhalamos por la nariz.
Prevenir los resfriados y catarros para así no respirar por la boca
Los catarros suelen implicar mucosidad y dificultad para respirar de forma habitual por la nariz. En estos casos, la respiración bucal se convierte entonces en la alternativa lógica. Ante este dinámica, la mejor manera de evitar respirar por la boca es, precisamente, minimizar el riesgo de resfriados. Además, la acumulación de secreciones y mucosidad pueden provocar que se nos taponen los oídos o que desarrollemos una otitis media, que en ambos casos pueden derivar en pérdida de audición