Aquí te dejamos distintos ejemplos en los que deberías plantearte actualizar tu procesador de sonido:
- Cuando requieras un mayor rendimiento auditivo. Si detectas que necesitas mejorar las funciones de tu procesador para obtener más calidad de sonido, ¡es un buen momento para renovarlo!
- Cuando tu dispositivo esté dañado. Es frecuente que los procesadores de sonido se deterioren con el paso de los años. También es posible que se pierda alguna de las piezas. En ambos casos puede que sea imposible reparar o reemplazar el dispositivo porque haya quedado obsoleto. Ante esta situación, ¡es un buen momento para renovar tu procesador!
- Cuando el producto deje de funcionar. Como todos los dispositivos tecnológicos, los procesadores auditivos también tienen una “vida útil” limitada. Puede que detectes que tu aparato dispositivo ya no funciona como antes. Cuando esto pase, acude a un profesional auditivo y este te autorizará la sustitución del procesador de tu implante. Entonces, ¡es un buen momento para renovarlo!
Así que ya sabes, si te encuentras en cualquiera de estas situaciones, te recomendamos plantearte renovar tu procesador para poder disfrutar de todos los avances tecnológicos y ganar en calidad de sonido. Eso sí, recuerda dejarte aconsejar por los profesionales, ellos te guiarán durante todo el proceso.