La musicoterapia es un verdadero tratamiento contra el estrés y los trastornos del sueño. Al actuar en el eje hipotálamo-hipofisario y en el sistema nervioso autónomo, el sonido consigue modular algunas de las respuestas metabólicas de nuestro cuerpo: las notas activan la producción de endorfinas, mejoran el estado de ánimo y favorecen la relajación.
La musicoterapia es una disciplina basada en el uso de la música como instrumento educativo, de rehabilitación y terapéutico. La experiencia musical tiene un impacto beneficioso en las funciones cognitivas, en las capacidades motoras y en el desarrollo emocional. Se aplica durante el embarazo y en el ámbito educativo, y también en medicina oncológica, paliativa y geriátrica. Se ha asociado con éxito al ámbito psiquiátrico: reduce los síntomas de la esquizofrenia, controla los estados de ansiedad y puede ser de ayuda para los niños afectados por autismo.
En los seres humanos, el oído es el sentido que primero se desarrolla. A los tres meses de gestación, el feto ya puede escuchar y dos meses después del nacimiento aprecia el ritmo. Para los niños, la música relajante es más que un estímulo externo para reducir los niveles de estrés: favorece también el desarrollo físico, psicológico y cognitivo, y es responsable del desarrollo lingüístico del niño y de sus conexiones neuronales.
Son pocos los seres vivos capaces de permanecer indiferentes a sonidos y música: no solo las personas, sino también los animales y las plantas reaccionan a los estímulos sonoros. En el mundo animal, los perros y los gatos son especialmente sensibles: como en el caso de los seres humanos, también para ellos las notas musicales son un estímulo del sistema nervioso. Activan áreas específicas que liberan neuromediadores químicos capaces de transportar a nuestros amigos de cuatro patas a un estado de bienestar psicofísico.