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Pérdida auditiva fluctuante

¿Qué es la pérdida auditiva fluctuante?

La pérdida auditiva fluctuante es aquella que se caracteriza por una evolución desigual, experimentando el paciente episodios de mejora y de empeoramiento. A diferencia de la hipoacusia estable, este tipo de pérdida de audición se altera dependiendo de diferentes condicionantes o momentos.

Síntomas de la pérdida auditiva fluctuante

La pérdida auditiva fluctuante, al igual que el resto de hipoacusias, presenta síntomas relacionados con la dificultad para oír bien:

  • Problemas para seguir una conversación
  • Los sonidos llegan amortiguados
  • Necesidad de subir el volumen de la televisión
  • Pitidos en los oídos (acúfenos)
  • Sensación de mareo o vértigos.

Enfermedad de Ménière y pérdida auditiva fluctuante

La enfermedad de Ménière se caracteriza, entre otros síntomas, por causar una pérdida auditiva fluctuante. Los afectados y afectadas, a parte de padecer episodios de vértigo, experimentan sucesos temporales de hipoacusia de diferente grado. El doctor Juan Royootorrino especialista de la comunidad de salud auditiva online Viviendo el Sonido, señala que estas situaciones de pérdida de audición suelen ir vinculadas a las crisis de vértigo que causa esta enfermedad del oído. Por lo tanto, esta fluctuación va ligada -y aparece y desaparece- junto con la sensación de mareo.

Causas de la pérdida auditiva fluctuante

La pérdida auditiva fluctuante está muy relacionada con la enfermedad de Ménière, que sería su principal causa. También la exposición a fuertes ruidos puede provocar cierto grado de pérdida auditiva fluctuante, si bien suelen ser episodios muy temporales y puntuales, en los que la hipoacusia no oscila ( en todo caso puede cronificarse si esa exposición se mantiene)

Tratamiento de la pérdida auditiva fluctuante

La pérdida auditiva fluctuante, precisamente por su carácter episódico y variable, y atendiendo a que en la mayoría de ocasiones se vincula al síndrome de Ménière, no tiene un tratamiento específico. Esta enfermedad del oído no tiene además cura, si bien la prescripción de fármacos, el control de la dieta, la reducción de la ingesta de sal, la mejora de los hábitos alimentarios y el control de los estados de ansiedad, son medidas recomendadas y efectivas en el 85% de los casos.

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