Descubre por qué las orejas se ponen rojas y calientes: causas como infecciones, picaduras y síndrome de oreja roja.
Seguro que en algún momento has notado cómo tus orejas se enrojecen de forma repentina y aumentan de temperatura. Aunque a simple vista pueda parecer algo extraño, este fenómeno tiene múltiples causas posibles. En este artículo te explicamos por qué ocurre y qué factores pueden estar detrás de este cambio, además de ofrecerte algunas claves para entender cuándo es algo normal y cuándo conviene prestarle atención.
Las orejas rojas, hinchadas y calientes pueden ser el resultado de diversas causas, pero en la mayoría de los casos no es un síntoma grave. Este fenómeno puede deberse a factores externos, reacciones del cuerpo o ciertas condiciones médicas. Identificar la causa es clave para saber si se trata de algo temporal o si requiere atención profesional.
A continuación, te presentamos las principales causas:
Las orejas rojas pueden ser un signo asociado a la tensión alta, ya que la hipertensión provoca que los vasos sanguíneos se dilaten o se contraigan para regular la presión en el cuerpo. Cuando la presión arterial está elevada, puede aumentar el flujo de sangre hacia áreas superficiales como las orejas, haciendo que se vean rojas y se sientan calientes. Esta dilatación vascular es una forma en que el cuerpo intenta manejar la presión elevada.
Sin embargo, tener las orejas rojas no es un indicador seguro de tensión alta por sí solo. La hipertensión suele manifestarse también con otros síntomas como dolor de cabeza, mareos, sensación de palpitaciones o fatiga. Si las orejas rojas se presentan junto a estos síntomas o de forma frecuente, es importante medir la tensión arterial y consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
El síndrome de la oreja roja es una condición poco común caracterizada por episodios repentinos y recurrentes de enrojecimiento y sensación de calor en una o ambas orejas. Estos episodios pueden ir acompañados de dolor o una sensación de ardor intenso.
Las causas exactas no siempre están claras, pero se cree que están relacionadas con una disfunción en los nervios que controlan la circulación sanguínea en la zona de la oreja. En algunos casos, este síndrome puede estar asociado con migrañas, problemas vasculares o nerviosos, o incluso con ciertos trastornos autoinmunes.
Los episodios pueden durar desde minutos hasta horas y, aunque el enrojecimiento puede parecer alarmante, generalmente no es peligroso. Sin embargo, si el síntoma es frecuente o muy molesto, se recomienda consultar a un especialista para realizar un diagnóstico adecuado y valorar opciones de tratamiento.
Los tratamientos tópicos incluyen emolientes, corticoides y inhibidores de la calcineurina. La aplicación de frío local puede proporcionar alivio inmediato durante los episodios agudos. Los expertos suelen aplicar frío local como medida de primera línea para reducir el enrojecimiento y la sensación de calor en la oreja afectada;
Los tratamientos sistémicos se reservan para casos muy sintomáticos o asociados a episodios de migraña, utilizándose antiinflamatorios no esteroideos. Para casos más complejos, los fármacos más utilizados son los que tratan el dolor neuropático, como la gabapentina y la amitriptilina. Aunque no existe un tratamiento estándar, algunos pacientes han encontrado alivio con analgésicos o medicamentos antiinflamatorios. Es importante tratar cualquier condición subyacente asociada, como cefaleas en racimo o migrañas, ya que el control de estas puede mejorar significativamente los síntomas del síndrome.
Cuando solo una oreja se pone roja y caliente mientras la otra permanece normal, suele indicar que hay una causa localizada en esa oreja en particular. Este fenómeno no suele ser grave, pero puede tener diferentes orígenes. A continuación, algunas de las causas más comunes:
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Las orejas rojas y calientes en bebés y niños son una señal común que puede tener diferentes causas. En muchos casos, no se trata de algo grave, sino de una respuesta natural del cuerpo ante ciertos estímulos o condiciones:
Si las orejas están rojas y calientes y el niño presenta otros síntomas como fiebre alta, dolor, hinchazón o malestar prolongado, es importante consultar al pediatra para descartar infecciones u otros problemas.
Tratamientos caseros: Para aliviar las orejas rojas y calientes, puedes aplicar compresas frías durante 10-15 minutos varias veces al día para reducir la inflamación y el calor. Mantén la zona limpia y seca, evita tocarte o rascarte las orejas, y retira temporalmente aretes o piercings que puedan estar causando irritación. El aloe vera natural o cremas hidratantes sin fragancia pueden ayudar a calmar la piel irritada;
Cuándo buscar atención médica: Si los síntomas persisten más de 3-4 días, se acompaña de dolor intenso, secreción purulenta, fiebre o pérdida auditiva, es necesario consultar a un médico. Los profesionales pueden recetar antibióticos tópicos u orales para infecciones, cremas con corticoides para alergias o dermatitis, y en casos más complejos, realizar estudios para identificar alérgenos específicos. También es importante descartar condiciones como celulitis o infecciones del oído medio que requieren tratamiento especializado.