El conducto auditivo externo, también llamado meato auditivo externo, , conforma, junto con el pabellón auricular, el oído externo. Este conducto auditivo conecta el pabellón auricular con la superficie lateral del tímpano. Tiene una característica forma de "S" y está recubierto de piel. El conducto auditivo externo tiene la función fundamental de recoger las ondas sonoras y conducirlas hasta el tímpano.
El conducto auditivo tiene una función muy importante. De hecho, junto con el pabellón auricular, se encarga de detectar las ondas sonoras y dirigirlas hacia la membrana timpánica. Sin embargo, las curvas que caracterizan el conducto auditivo externo no permiten al ser humano oír determinados sonidos, como los infrasonidos y los ultrasonidos, sino sólo frecuencias comprendidas entre 20 Hz y 20.000 Hz.
Una patología que afecta al oído externo y provoca una pérdida temporal auditiva es la causada por la presencia de un tapón de cerumen, que aparece debido a una acumulación excesiva de secreción de las glándulas ceruminosas. Otra patología reconocida es la dermatitis del conducto auditivo externo, que provoca picor, descamación y eritema de la piel del propio conducto auditivo externo. Además, puede aparecer un eczema de contacto, que también provoca picor. Por último, el conducto auditivo puede sufrir infecciones causadas por diversas bacterias. Por este motivo es importante una higiene adecuada del conducto auditivo externo.
Limpiar bien los oídos es una medida clave para evitar la inflamación, que suele ser la causa de la pérdida repentina de audición. Existen varios tratamientos que pueden realizarse para facilitar la expulsión del cerumen acumulado. Entre los principales se incluyen:
Para mantener los oídos en perfecto estado de salud, es importante dedicar tiempo a limpiarlos regularmente.