Con la llegada del buen tiempo, es hora de salir al aire libre, mantenerse activo y divertirse. Sin embargo, algunas actividades de verano pueden exponerle a ruidos nocivos que quizá ni te imaginas.
Independientemente de la estación del año, es esencial proteger nuestros oídos, intentando así proteger nuestra salud auditiva.
Vivimos en una sociedad en la que la contaminación acústica es muy elevada y a menudo ni siquiera somos conscientes de lo que puede dañar a nuestros oídos y de lo que podemos hacer para protegerlos. Sin embargo, algunos de los riesgos para la audición están especialmente asociados al verano.
Aquí tienes algunos consejos para proteger mejor tus oídos.
El agua y la humedad también pueden afectar mucho a nuestros oídos.
De hecho, existen muchos riesgos asociados al agua salada, la arena y el cloro utilizado para desinfectar las piscinas. A menudo, la presencia de bacterias y otros microorganismos puede provocar otitis e infecciones en verano. Para proteger los oídos, es importante seguir algunos consejos:
En verano, suben las temperaturas y, en consecuencia, se encienden los aparatos de aire acondicionado. El aire acondicionado reseca el ambiente y esto afecta a las mucosas nasales, que dejan de cumplir correctamente su función.
El uso del aire acondicionado suele ser la causa más común de otitis media en verano, porque si las bacterias o los virus penetran y causan una infección a una persona, es muy frecuente que se propague, debido a la conexión nariz-boca-oído. Por tanto, para proteger nuestros oídos del aire acondicionado debemos:
En verano se tiende a viajar más y, sin duda, uno de los transportes más populares es el avión.
Durante el despegue (y el aterrizaje), debido a las variaciones de presión del aire en la cabina del avión, es frecuente experimentar molestias en los oídos.
Es importante proteger nuestros oídos en estas situaciones, por lo que durante el despegue y el aterrizaje tragar, masticar o bostezar puede ayudar a equilibrar la presión del aire. Además, si después de aterrizar todavía tienes una sensación de molestia en los oídos, puedes practicar la maniobra de Valsalva.
Los sonidos prolongados o repetidos a 85 decibelios (dB) o más pueden causar una pérdida auditiva inducida por el ruido. Cuanto más fuertes sean los sonidos, más rápida será la pérdida auditiva. El BHI estima que 30 millones de estadounidenses están expuestos a niveles peligrosos de ruido cada día.
Estas son algunas actividades de verano que pueden ser peligrosas:
Un fuerte estruendo podría afectar permanentemente tu audición. Evita por tanto encender los fuegos artificiales tú mismo y mantén una distancia segura con los petardos. Lo mejor es disfrutar de los espectáculos que se ofrecen en los parques de la ciudad y que son realizados por profesionales.
Si estás realizando una de estas actividades, piensa en estas 5 cosas para determinar si el evento es demasiado ruidoso...