Descubre qué es la otitis media serosa, sus síntomas y el tratamiento para adultos y niños con líquido en el oído.
La otitis serosa es una afección frecuente caracterizada por la acumulación de líquido en el oído sin infección activa. Afecta a niños y adultos, y puede causar molestias como presión, pérdida auditiva o zumbidos. Conozca sus causas, síntomas y tratamientos.
La sensación de líquido en el oído es un síntoma común que puede indicar la presencia de una otitis media serosa o otitis media secretora. Esta condición se caracteriza por la acumulación de líquido no purulento en el oído medio, detrás del tímpano. Aunque en muchos casos no provoca dolor, puede generar molestias como pérdida auditiva, presión o zumbidos. La otitis serosa bilateral, que afecta ambos oídos, puede ser especialmente molesta, dificultando la audición y el equilibrio. Este tipo de otitis, también conocida como derrame en el oído, puede afectar tanto a niños como a adultos.
Dependiendo de dónde se localice, la otitis serosa puede clasificarse en interna, media o externa.
La forma más frecuente es la otitis media serosa, que se caracteriza por la acumulación de líquido en el oído medio sin que exista una infección activa evidente. Esto puede generar una sensación de presión o taponamiento, especialmente en situaciones como resfriados o alergias.
En cambio, cuando el líquido se encuentra en el oído interno, se habla de otitis serosa interna, una condición menos común pero potencialmente más molesta, ya que puede provocar vértigo, mareos o problemas de equilibrio debido a la implicación del sistema vestibular.
Por último, aunque es más rara, existe también la otitis externa serosa, que afecta al canal auditivo externo. Esta forma puede manifestarse con inflamación, molestias leves o sensación de oído húmedo, sin necesariamente presentar infección bacteriana.
Las causas de la otitis serosa son variadas, pero en la mayoría de los casos están relacionadas con alteraciones en la ventilación del oído medio. Entre los factores más comunes se encuentran las infecciones respiratorias, como los resfriados o la sinusitis, que pueden obstruir la trompa de Eustaquio, impidiendo la correcta aireación del oído y favoreciendo la acumulación de líquido.
Otra causa importante es precisamente la disfunción de la trompa de Eustaquio, el conducto que conecta el oído medio con la parte posterior de la nariz y la garganta. Cuando esta trompa no funciona adecuadamente, ya sea por inflamación, congestión o alteraciones estructurales, se puede producir un desequilibrio de presión que facilita el estancamiento de secreciones en el oído.
Los cambios bruscos de presión ambiental, como los que se experimentan al viajar en avión, al bucear o incluso al conducir por zonas montañosas, también pueden interferir con el equilibrio de presión en el oído medio y causar la aparición de líquido.
Asimismo, las alergias respiratorias, como la rinitis alérgica, pueden desencadenar una inflamación persistente de las vías respiratorias superiores, comprometiendo el funcionamiento de la trompa de Eustaquio y favoreciendo así la formación de una otitis serosa.
En los niños, un factor adicional a considerar es la posible presencia de malformaciones anatómicas o de adenoides agrandadas (hipertróficas), que pueden obstruir parcialmente la trompa de Eustaquio y hacerlos más propensos a acumular líquido en el oído medio.
En todos estos casos, es importante destacar que la acumulación de líquido no implica necesariamente una infección activa, sino más bien una respuesta fisiológica a un problema de ventilación o drenaje del oído medio.
La otitis media serosa suele tener una evolución silenciosa. A menudo no provoca dolor, pero sí otras molestias que pueden afectar la calidad de vida del paciente. A continuación se describen los síntomas más frecuentes de forma específica.
La ausencia de dolor es una característica habitual de la otitis serosa, que a diferencia de la otitis media aguda, no suele provocar dolor intenso ni inflamación visible. Esta ausencia de dolor puede dificultar su detección temprana, especialmente en niños pequeños que no siempre expresan claramente sus molestias.
Aunque no cause dolor, el líquido puede generar sensación de oído tapado, ligera pérdida auditiva o molestias leves. Por ello, ante cualquier dificultad para oír o cambios en el comportamiento, es importante consultar al médico para un diagnóstico temprano y evitar posibles complicaciones.
Si la otitis media serosa no se diagnostica ni se trata adecuadamente, puede derivar en diversas complicaciones que afectan la salud auditiva y general del paciente. Entre las más comunes se encuentra la pérdida auditiva, que puede ser temporal pero también llegar a ser persistente si el líquido se mantiene acumulado durante largos periodos. En los niños, esta disminución auditiva puede provocar retrasos en el desarrollo del lenguaje y dificultades en el aprendizaje, afectando su comunicación y rendimiento escolar.... Además, la otitis serosa puede evolucionar hacia una otitis media crónica, caracterizada por episodios recurrentes o prolongados que aumentan el riesgo de complicaciones adicionales, como la perforación del tímpano, que puede requerir intervención médica. También es frecuente la aparición de infecciones repetidas, que agravan el cuadro y complican el tratamiento.
El abordaje terapéutico de la otitis serosa varía según la causa, la duración y la gravedad de los síntomas, y puede aplicarse tanto en adultos como en niños. En casos leves, se pueden emplear gotas óticas específicas para aliviar la inflamación y mejorar la comodidad. El uso de corticoides nasales como Nasonex ayuda a reducir la inflamación de las vías respiratorias superiores y mejorar la función de la trompa de Eustaquio. Si se detecta un componente alérgico, los antihistamínicos pueden ser efectivos para controlar la reacción inflamatoria.
En muchos casos, especialmente cuando los síntomas son leves o moderados, se recomienda una vigilancia activa, ya que la otitis serosa puede resolverse espontáneamente en unas pocas semanas sin necesidad de tratamientos agresivos.
Existen algunas alternativas naturales que pueden complementar el tratamiento médico para la otitis serosa. Por ejemplo, las inhalaciones de vapor ayudan a descongestionar las vías respiratorias y facilitar la ventilación del oído medio. Los masajes suaves en la zona del oído y el cuello pueden estimular el drenaje linfático y aliviar la presión acumulada. También se utilizan suplementos con propiedades antiinflamatorias, como la equinácea o el jengibre, para apoyar el sistema inmunológico.
Sin embargo, es fundamental destacar que estos métodos deben emplearse únicamente como complementos y nunca sustituir la valoración y el tratamiento profesional, especialmente en casos persistentes o complicados.
Cuando la otitis serosa se convierte en un problema crónico o recurrente que no responde a tratamientos convencionales, puede ser necesaria la intervención quirúrgica. Entre las opciones más comunes se encuentran el drenaje del oído mediante miringotomía, que consiste en realizar una pequeña incisión en el tímpano para evacuar el líquido acumulado y aliviar la presión.
Otra técnica habitual es la colocación de tubos de ventilación, que permiten mantener la ventilación adecuada del oído medio y prevenir nuevas acumulaciones de líquido. En niños, la extirpación de adenoides también puede ser recomendada si estas están obstruyendo la trompa de Eustaquio y contribuyendo al problema.
En algunos casos se recurre a la homeopatía como tratamiento complementario, aunque la evidencia científica que respalde su eficacia es limitada y no debe considerarse como sustituto del tratamiento médico convencional.
La incidencia es especialmente alta en menores de 6 años debido a la inmadurez de la trompa de Eustaquio, que dificulta la ventilación adecuada del oído medio.
La acumulación prolongada de líquido puede afectar el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje, por lo que es fundamental un diagnóstico y tratamiento oportunos.
La detección es más complicada, ya que los niños no siempre presentan síntomas evidentes o no pueden comunicar sus molestias claramente.
La otitis serosa en niños está frecuentemente asociada con el crecimiento excesivo de las adenoides y episodios repetidos de infecciones respiratorias.
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Los adultos suelen presentar con mayor frecuencia síntomas como vértigo y acúfenos, que pueden resultar más molestos y persistentes.
Existe un mayor riesgo de que la otitis serosa se cronifique, especialmente en personas con alergias no tratadas o hábitos como el tabaquismo que dificultan la recuperación.
El diagnóstico en adultos suele ser más sencillo gracias a la mejor comunicación y descripción de los síntomas.
Es menos común que los adultos experimenten retrasos en el lenguaje o problemas auditivos a largo plazo, en comparación con los niños.