A menudo, la fiebre y el dolor de oído aparecen juntos. En algunos casos, es la fiebre la que provoca el dolor de oído y en otros es el dolor de oído el que genera un aumento de la temperatura corporal. En la mayoría de ocasiones, el dolor es leve o moderado, por lo que un tratamiento adecuado, prescrito por el médico, ayuda a resolver el problema.
Las causas más comunes de la fiebre y el dolor de oídos pueden ser varias:
Para soluciona el problema, es fundamental entender qué lo genera.
Intervenir rápidamente es el primer paso para evitar que el dolor y el malestar general no duren demasiado. En la mayoría de los casos se trata de molestias menores que no revisten gravedad, pero siempre es aconsable acudir al médico para recibir el tratamiento más adecuado.
Las infecciones son la principal causa del dolor de oído. Las infecciones del oído medio pueden ser especialmente molestas, afectando a capacidad auditiva y presentando casi siempre fiebre alta, y, a veces, nauseas y vómito. En caso de otitis media, la causa puede ser tanto un virus como una bacteria. La infección provoca entonces la oclusión de los conductos del oído por mucosidad o líquido.
La otitis media es muy habitual entre niños pequeños y neonatos. De hecho, cuando se estiran o se rascan las orejas, es probable que ya esté en curso una infección. Acudir al pediatra puede ayudar a resolver el problema.
Las infecciones en las vías respiratorias incluyen todos aquellos problemas que afectan a la nariz, la garganta y los oídos. Son muy comunes, sobre todo en los niños. A menudo, el resfriado afecta también a los oídos , ya que la nariz y los oídos se comunican por la trompa de Eustaquio. Cuando se produce una infección, este canal se obstruye y se llena de virus o bacterias, que se multiplican dando origen a problemas más graves, como la otitis.
Las infecciones respiratorias, desde un simple resfriado a la otitis más grave, pueden verse acompañadas de fiebre más o menos alta. El médico de familia o el pediatra nos ayudará a saber cuál es el tratamiento correcto y más eficaz.
La sinusitis también puede provocar problemas de oído. En general, se presenta como una sensación de oídos taponados que, si no se trata, puede llegar a perforar la membrana del tímpano.
Se trata de un trastorno muy molesto, pero fácilmente tratable, causado por la proximidad de los órganos afectados. La congestión de los senos paranasales provoca un dolor que, a su vez, genera una fuerte sensación de molestia en los dos oídos, a veces acompañada por fiebre o malestar generalizado.
Algunas buenas prácticas en casa, como la utilización de un pulverizador salino o beber mucho, sobre todo líquidos calientes, ayudan a aliviar la congestión y, en consecuencia, el dolor.
Las alergias están causadas por una reacción inflamatoria que se manifiesta por la irritación de las mucosas, sensación de ardor, enrojecimiento de los ojos y disminución de la capacidad auditiva, así como el picor e hinchazón de los oídos, secreción de líquido o pus por el conducto auditivo externo y problemas de equilibrio.
En general, la pérdida auditiva es temporal y está provocada por un exceso de moco, fluidos y cerumen en el canal auditivo, aunque en estos casos sería más correcto hablar de una sensación de disminución auditiva que de pérdida auditiva.
A menudo, estas sensaciones están acompañadas de fiebre, con una leve subida de la temperatura corporal. En raras ocasiones la temperatura llega a superar los 38 grados.
La presencia de cera en los oídos es fisiológica, ya que tiene una función específica de control de las infecciones locales. En caso de producción excesiva de cerumen pueden formarse tapones que provocan dolor de oído, sensación de oídos taponados, hipoacusia y, en los casos más graves, también fiebre alta.
Con la ayuda de un médico de cabecera o un otorrinolaringólogo, el tapón se puede solucionar de forma sencilla.
También los problemas en la cavidad oral, desde faringitis a bruxismo pasando por patologías de los dientes, pueden causar problemas que afectan al oído. En realidad, la masticación supone un esfuerzo para el aparato auditivo, por la cercanía anatómica de ambas partes. Esta conexión explica también que el dolor de oídos y los acufenos sean problemas frecuentes cuando los dientes y la boca se ven expuestos a esfuerzos especiales como, por ejemplo, la extracción de la muela del juicio.
Las inflamaciones también pueden causar fiebre, más o menos alta, que se debe tratar según nos indique el dentista o el médico de confianza.
El aparato oral y el aparato auditivo conviven en una relación mutua de toma y daca.
Los síntomas del dolor de oídos con fiebre no se limitan al propio dolor de oídos y a una sensación de malestar generalizado. Otros síntomas pueden ser la pérdida auditiva o la amortiguación auricular, picor en la parte afectada, e incluso escalofríos, náusea y en algunos casos diarrea. Es fundamental descubrir la causa que genera cada problema para intervenir rápidamente, consultando con un médico.
Los tratamientos médicos para aliviar el dolor de oídos con fiebre dependen de la causa que los genera, y pueden abarcar desde la toma de fármacos de automedicación, con la ayuda de anestésicos locales para aliviar el dolor en los oídos, hasta las gotas que descongestionan el canal auricular, pasando por los antiinflamatorios por vía oral.
En otros casos es necesario un tratamiento con antibióticos.
En general, es fundamental respetar siempre las indicaciones del médico.
Algunos remedios caseros contra el dolor de oídos con fiebre pueden ser útiles para aliviar el dolor mientras se espera una consulta médica:
La fiebre y el dolor de oído en los niños son un binomio muy habitual: pueden afectar a los dos oídos o solo a uno y estar provocados por una inflamación del oído medio o del oído exterior, En este segundo caso, la causa suele ser baños en el mar o en la piscina, así como por problemas en los dientes o la propia dentición.
Normalmente son problemas que se repiten a menudo. Es conveniente consultar siempre con el pediatra para conocer el tratamiento más correcto para aliviar el dolor, que puede ser más o menos soportable para los más pequeños. En los casos en los que estos problemas se repiten de forma continuada, es recomendable consultar, aparte de al peditra, a un otorrinolaringólogo.
Siempre es conveniente consultar con un médico en caso de dolor de oído acompañado de fiebre, sobre todo si esta es alta, para conocer así la causa que lo provoca e intervenir de la manera más correcta. Por lo tanto, si el dolor y la fiebre no remiten tras un par de días es fundamental solicitar una consulta o una visita con un médico, para conocer el tratamiento y los cuidados que se deben llevar a cabo.
El dolor de oídos con fiebre no puede prevenirse del todo, pero algunas buenas prácticas ayudan a reducir la frecuencia con que se produce. Por ejemplo, evitar que quede agua estancada en el oído después de la ducha, de un baño o de nadar, o no utilizar bastones de algodón, que no ayudan en nada para eliminar la cera. En general, es conveniente seguir todas las buenas prácticas para una vida sana y activa, es decir, una dieta variada y movimiento para aumentar las defensas inmunitarias y afrontar de esta manera los pequeños problemas.
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