El audiólogo es un profesional especializado en el sistema auditivo. Tiene un papel muy importante para la salud del oído que, como sabemos, es un órgano delicado y complejo, pues, además de la función auditiva, es relevante para conseguir un equilibrio correcto en el cuerpo humano.
El audiólogo es el médico especialista al que dirigirse si se sufren patologías específicas como pérdida auditiva, acúfenos, laberintitis o síndrome de Ménière, entre otras.
Las tareas que realiza cada día el audiólogo son muy variadas, así como el tipo de personas con las que trata. Entre sus cometidos se incluyen:
Además de realizar las visitas, el audiólogo trabaja con una serie de profesionales que lo apoyan en su trabajo, como el audiometrista, que realiza los exámenes audiométricos, y el audioprotesista, que aconseja cuáles son los audífonos más adecuados según las necesidades del paciente.
A menudo los pacientes que afrontan por primera vez un problema de audición están confusos y no saben a qué especialista dirigirse.
En el ámbito de la salud auditiva se incluyen figuras de tipo médico-sanitarias con cometidos específicos para el bienestar auditivo. El audiólogo no es el único especialista en este ámbito: junto a él se encuentran los otorrinolaringólogos, los logopedas y los técnicos de los audífonos. Veamos las diferencias.
Los audioprotesistas, o especialistas de los audífonos, son técnicos que se ocupan de la rehabilitación, esto es, el tratamiento que comienza después de que otro profesional, normalmente el audiólogo, haya realizado el diagnóstico previo.
Este recomienda el uso de una ayuda auditiva, una vez ha valorado que no son factibles otras soluciones, como la farmacológica y la cirugía. Después de realizar una serie de pruebas y de consultar con el audiólogo, el audioprotesista selecciona el tipo de audífono más adecuado y comienza junto al paciente el itinerario de rehabilitación, cuya duración y resultados pueden variar según cada caso concreto.
El otorrino se ocupa de la prevención, diagnóstico y tratamiento de problemas relacionados con el oído, la nariz y la garganta (y, por lo tanto, también de las amígdalas, la lengua, la tiroides y las glándulas salivares).
Existe una estrecha correlación entre las patologías que afectan a estos tres sistemas, ya que están todos conectados a nivel anatómico. Por su parte, las competencias del audiólogo se centran en el oído, ocupándose también de los tratamientos quirúrgicos.
Obviamente, además de los problemas relacionados con la nariz y la garganta, se aconseja visitar al otorrino en caso de enfermedades del oído como:
El foniatra es un médico especialista que se ocupa de la comunicación verbal, de la deglución y de todos los trastornos relacionados con el lenguaje. Su formación incluye primero la licenciatura o grado en Medicina y Cirugía, el procedimiento para ejercer la profesión y la especialización en Audiología y Foniatría, la misma que el médico audiólogo. Al diferencia del logopeda, a cargo del tratamiento, el foniatra se ocupa de la parte diagnóstica. En cualquier caso, es fundamental la colaboración entre ambos profesionales para una buena rehabilitación.
Mientras el audiólogo afronta el problema de la pérdida auditiva el foniatra se encarga de los casos de:
El logopeda es el profesional sanitario que se ocupa de los pacientes con problemas de lenguaje y trabaja con médicos especializados que le derivan la rehabilitación de estos. La actividad del logopeda se centra en la educación y la reeducación de todas las patologías que provocan:
La visita audiológica es una valoración clínica del oído. Sirve para investigar la capacidad auditiva de una persona y diagnosticar la posible patología que ha provocado una pérdida auditiva.
El médico, después de haber obtenido la información relativa al historial y estilo de vida del paciente, realiza una serie de pruebas, que varían en cada caso. La visita audiológica dura de 30 a 45 minutos, dependiendo del número de exámenes efectuados y del tipo de déficit que tratar. El precio varía según el lugar donde se realice la visita.
Una vez se conoce el tipo de problema auditivo y la gravedad de este, el audiólogo puede indicar que es necesario usar audífonos y acompañar al paciente en la elección de un modelo que combine las necesidades de cuidado con las de comodidad.
En esta fase, tiene un papel fundamental también el técnico protesista, quien valora el cuadro audiométrico, las necesidades subjetivas y la tecnología del dispositivo para acompañar al usuario en la elección y la personalización de la mejor ayuda auditiva.
El audiólogo es un profesional fundamental siempre que el paciente sufra pérdida auditiva, laberintitis, síndrome de Ménière, acúfenos o, en general, si se detectan problemas en el oído.
Asimismo, opera con microcirugía diferentes patologías, como la otosclerosis. Gracias a la exploración y la valoración del historial del paciente con pruebas específicas, este profesional puede aconsejar el itinerario a seguir para tratar los problemas auditivos.
El diagnóstico precoz es fundamental para intervenir a tiempo y tomar medidas que eviten ulteriores daños en el oído. Por ello, GAES aconseja siempre realizar controles audiológicos periódicos y acudir al especialista en caso de dolor, molestia auricular o una disminución auditiva.